Putin: Aparentemente, sin límites

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El último tiempo ha sido particularmente convulsionado a nivel mundial, no solo por la pandemia que aún no acaba y nos tiene con un promedio de nuevos casos diarios sobre los 18 mil a nivel país, sino por la invasión de Rusia a Ucrania y la posible detonación de una tercera guerra mundial. Tal conflicto no parece ser un enfrentamiento bélico tradicional, al ser uno donde el amedrentamiento mundial y las ansias de destrucción a toda costa por parte de Rusia, son los pilares centrales.

Desde el inicio del ataque ordenado por Vladimir Putin, líder ruso, hay 2 grandes características que se mantienen inalteradas: (I) El amedrantamiento a todo aquel que se entrometa ha existido desde el minuto uno, pues en la primera declaración del líder del Kremlin, advierte que cualquier intento de intervenir tendría consecuencias nunca antes vistas para Europa y el mundo, tal como ocurrirá si se atiende a la petición del líder ucraniano, Volodímir Zelenski, para que la Organización de Tratados del Atlántico Norte (OTAN) declare a Ucrania como zona de exclusión aérea, e incluso indicó que las sanciones financieras que Occidente ha impuesto a Rusia son algo similar a una "declaración de guerra"; y (II) Las ansias de destrucción han sido la tónica, señalándose expresamente que Ucrania pone en riesgo seguir siendo Estado si mantiene la lucha contra las fuerzas rusas y no se desmilitariza.

Rusia ha invadido sin piedad Ucrania, no solo incumpliendo códigos de guerra al atacar zonas residenciales y dar muerte a civiles, sino también al querer asesinar al presidente ucraniano en variadas ocasiones y utilizar tanto bombas de racimo como termobáricas contra dicho país, ambas ampliamente rechazadas por la comunidad internacional. He aquí una breve explicación del porqué no son aceptadas: (1) Las bombas de racimo contienen un dispositivo que, al abrirse, libera un gran número de pequeñas bombas que se esparcen y generan un mayor poder de devastación. Estos explosivos de menor tamaño no cuentan con un mecanismo de guía preciso, por lo que su área de impacto es muy amplia y pueden durar años sin detonar; (2) Las bombas termobáricas, igualmente llamadas de combustible o vacío, son armas compuestas por dos cargas explosivas diferentes. La primera pulveriza una nube de combustible que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera, mientras que la segunda es la encargada de detonar ese combustible que propagará la onda explosiva por toda la nube. De este modo, se produce el efecto de vacío cuando la combustión consume el oxígeno, lo que causa una explosión con una gran onda expansiva de alta presión y temperatura entre 2.500 y 3.000 grados Celsius, que volatiliza a las personas ubicadas en las cercanías y hace que quienes estén alejados, como también los guarecidos en refugios bajo tierra, puedan morir asfixiados debido a la falta de oxígeno.

Si a todo lo ya comentado, sumamos que Putin ha ordenado tomar el control de la central nuclear de Chernóbil, atacar hace unos días la de Zaporiyia, incumplió el cese al fuego cuando estaban negociando con Ucrania y, es más, tampoco permitió la evacuación, a través de cordones humanitarios, de más de 400 mil civiles que viven en las ciudades de Mariúpol y Volnovaja, pues continuó atacándolas, es posible decir, con suma propiedad, que el líder ruso Vladimir Putin está absolutamente desatado, haciendo todo lo que se le plazca con Ucrania y, a futuro, el país que desee, ya que sabe que a una nación que no forma parte de una gran alianza, como es la OTAN, nadie la ayudará militarmente si él amenaza con un ataque nuclear nunca antes visto, tomando en consideración el poderío bélico que tienen en esa materia. En síntesis, Putin se ha transformado en una especie de "bravucón mundial" sin escrúpulo alguno, capaz de desenvolverse libremente sin consecuencias armadas, cual dictador que hace y deshace, invadiendo a quien desea y amenazando cuanto país anhele, pues nadie puede tener la osadía de contradecirlo ni atacarlo, o será destruido.

La comunidad internacional, en su conjunto, no solo debería comenzar a tomar serias cartas en el asunto para evitar la desaparición de Ucrania, escalada de los ataques rusos y una posible invasión y/o ataque del Kremlin a otros países que no integren una alianza tan fuerte como la OTAN. Adicionalmente, podría adelantarse y prepararse en caso de existir, a futuro, líderes como Vladimir Putin, quien ha tenido una actitud matonesca, fría, indiferente e insensible, solo velando por sus pretensiones, sin importarle el daño causado a nivel país, continental ni mundial. 

Javier Osorio O.
Ex Vicepresidente Interno Federación de Estudiantes USS, sede Santiago
Estudiante de Derecho UAH

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