Más allá de las fiebres y las arengas

Columnas y Artículos

Aquietadas un poco las aguas del once, podremos vislumbrar mejor el fondo.

“La historia es un incesante volver a empezar”, dijo alguna vez Tucídides, agregando también la sentencia “tal como va el mundo, el derecho no existe más que entre iguales del poder, los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que tienen que sufrir”.

Ya han pasado semanas posterior al once de septiembre. Las frentes están ya más frías, y los énfasis de las nuevas conversas estarán en otras contingencias.

Entonces se podrá, creo, con más facilidad y tranquilidad, apelar a otros aspectos para “construir y decidir nuestra propia mirada”, pero con variados antecedentes que se guardaron en variados textos y de variados autores. Por un momento podemos hacer oídos sordos al griterío parlamentario y también constituyente, y adentrémonos en las páginas de las historias testimoniales y escritas.

Fuera de las pantallas televisivas, de los micrófonos radiales, redes sociales y otros medios de información, y en el silencio tal vez de días, meses y años, hubo hombres y mujeres que testimoniaron nuestra historia relativa al cruento golpe cívico militar; las miradas son muchas y diversas. Mucho pensamiento, mucho análisis, mucha historia, mucha información, mucho antecedente nuevo (o desconocido). Autores conocidos, otros no tanto, investigaciones profundas, serias y exhaustivas que dan cuenta de los distintos aspectos, hechos y horrores del golpe militar.

La gran cantidad de títulos aparecidos y reaparecidos vienen a marcar realidades que muchas veces han sido resistidas o negadas. Pareciera ser que hay sectores que a pesar de la inmensa cantidad de antecedentes que marcan y remarcan una realidad difícil de soslayar, siguen nadando ríos arriba, pero sus alas cada vez más cortas ya no les permiten volar con facilidad si no reconocen que los horrores superaron a los errores.

En las casi tres mil páginas que presento, correspondientes a personas de bien, como escritores, filósofos, artistas, profesores, sociólogos, y otros variados intelectuales, nos presentan las más diversas historias e investigaciones, que sin duda son testimonios indelebles de lo ocurrido en Chile durante la dictadura cívico militar. Asimilar, y si es posible compartir lo que nos presentan, nos podría indicar una senda hacia una mayor hermandad, y visualizar una mejor convivencia, que solo basada en la verdad, la justicia y la reparación podrá cerrar heridas y será más verdadera.

He aquí (algunos textos) que podría usted mirar, y evitar el retumbe fanático incontrolado que no permite que las miradas se modifiquen frente a las verdades históricas y desde ahí caminar hacia la justicia: “Sociología de la masacre , Mi 11 de septiembre: 24 periodistas relatan su vivencia, El día en  que murió Allende, Allende: Autopsia de un crimen, Interferencia Secreta, Terrorismo de Estadio” ; y particularmente Salvador Allende (La izquierda chilena y la Unidad Popular) de Daniel Mansuy, y La Conjura ( Los mil y un días del Golpe) de Mónica González.

Cualquiera sea la posición sociopolítica que legítimamente se tenga, he aquí una extensa información que podrá producir distintas reacciones, pero ubicado en un espacio humano nos puede entregar una verdad escondida, un silencio, un perdón, un abrazo pendiente, y una lágrima que riegue el surco de un nunca más.

Más allá de las fiebres y las arengas, me asiste Swami Vivekananda: “Cuando las olas se han aquietado y el agua está en calma, entonces se refleja la luz y se puede vislumbrar el fondo.”

 

Germán Muñoz Castillo

Profesor

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