a la memoria de mi prima Marcia León Albornoz-
Jorge Albornoz Figueroa
* Todo comenzó cuando la vi.
Su rostro níveo y silencioso como un valle nevado que invitaba a relajarse y disfrutar de una paz que jamás había sentido en otra ocasión.
Un manantial de facciones dulces y cristalinas deslizándose suavemente desde los pómulos altos hasta la fuente inaugural de su boca.
* Ella es La Bella Durmiente.
Su nombre Marcia León Albornoz. Nacida en el Hospital de San Fernando y criada en la Población Cardenal Caro. Estudió en la emblemática Escuela 19, donde se educaron los pobladores del "Barrio Alto". Hija de Nelson León Piña, futbolista, ex - trabajador de la Fábrica Nestlé, fallecido hace algunos años, y Chila Albornoz Cerda. Esposa de Luis Rojas, futbolista y trabajador de Nestlé. Madre de Camila y Marcelo. Hermana de Nelson, Alex, Verónica, Ítalo y Soslaya. Con muchos tíos y primos, tía también, ahijada, comadre y madrina. Con el trabajo más importante de todos, dueña de casa. Luchadora, introvertida, defensora de las buenas causas, amante de la naturaleza, los animales, protectora de la familia y las amigas.
* El Teatro de la vida.
Estaba ahí en el centro del escenario. Ella era el centro del universo, todos girábamos alrededor de ella. El teatro estaba desbordado por la gran cantidad de espectadores que expectantes esperaban verla. Los ubicados en platea, tuvieron el privilegio en primera fila de constatar la magnitud de su belleza. Los rezagados instalados en la galería, recibían a la distancia algunos rayos de luna. Hubo otros que no pudieron entrar. Una pareja de enamorados pasó por fuera y siguió su camino. X tomaba un café cortado. Y miraba un partido de fútbol por la televisión. Z jamás se enteró.
La función terminó irremisiblemente y la Bella Durmiente salió de escena para desaparecer tras bambalinas. Nosotros abandonamos desconsolados el teatro sin comprender aún el sentido de la obra que habíamos vivido.
POESÍA FACE TO FACEBOOK
de pronto llega una noticia
que sacude los huesos
y nos saca del camino
ha partido dicen las voces
y solo escuchas el zumbido ciego
de las abejas muriendo en su propia miel
quién polinizará ahora los huertos no florecidos
y perfumará los días de su familia
será difícil mirarse al espejo por las mañanas
y continuar como un solitario
que de noche arroja piedras al río
así iremos desde ahora mudos
viajando con las ondas silenciosas del agua
pompas de jabón
que se elevan
y se pierden por el aire
una tarde gris de agosto 30