Con consternación y pavor hemos observado –afortunadamente hasta ahora por la prensa y redes sociales- una nueva oleada de incendios forestales en nuestro país. Estos se suman a los ocurridos en diciembre recién pasado en Viña del Mar y a los incendios forestales que año a año asolan nuestro país, en una espiral al parecer creciente y que deja una huella terrible de destrucción, muerte de personas y animales, daño al ambiente natural y a los medios de habitación y subsistencia de muchos de nuestros compatriotas.
Cercano en nuestro recuerdo deben estar los incendios de zonas aledañas a nuestra ciudad, como los ocurridos en los sectores de Las Peñas o La Rufina. En esta oportunidad y hasta ahora, la consecuencia más cercana para los sanfernandinos ha sido el humo que oscureciendo los cielos de nuestra ciudad ha generado molestias y afectación a la salud de sus habitantes.
Lo acontecido es grave genera un tremendo daño ecológico, medio ambiental y agrede directamente a las personas, a la forma en que vivimos y desarrollamos nuestras actividades sociales y económicas.
Debe considerarse que la mayoría de los incendios forestales tienen su origen en las plantaciones de monocultivos industriales de especies exóticas como son el pino y eucaliptus -malamente llamadas bosques, para interesadamente igualarlos a nuestro bosque nativo- y terminan por arrasar bosque nativo, casas y cultivos causando a su vez un enorme daño a la vida de las personas y a los ecosistemas. Un elemento a considerar, es que las características de las plantaciones forestales exóticas como el pino y eucaliptus, son de especies consideradas “pirófitas”, con un alto riesgo de combustión y propagación, intensificado por la crisis hídrica y su relación con el calentamiento global.
La catastrófica situación descrita tiene varias causas y entre estas se ven como centrales el Cambio Climático y la falta de Ordenamiento y Planificación Territorial en nuestro país.
Respecto del Cambio Climático las acciones que se pueden y deben tomar no tendrán un efecto rápido y es esperable que la situación de falta de lluvias, aumento de temperatura persista o peor aún se incremente. Es por eso que urge se tomen medidas y se genere una legislación adecuada que permita el Ordenamiento Territorial de nuestro país y en particular se normen las plantaciones forestales.
Ya existe un proyecto de Ley que se tramita desde el año 2016 y que encabezó el fallecido senador Antonio Horvath (Boletín N° 10.030-01), considera como especies pirógenas o pirófitas, todas las especies de eucaliptus y pinos exóticos, razón por la que busca prohibir nuevas plantaciones forestales con especies altamente combustibles. Se busca establecer la obligación de reemplazar los bosques pirogénicos que se encuentren en los espacios contiguos o dentro de los límites urbanos en al menos mil metros. Asimismo, pretende consagrar la obligación de los dueños de los predios en que existan bosques de especies pirogénicas colindantes a centros urbanos, a disponer de un plan de prevención y alarma de incendios forestales.
Ya es tiempo que esto se ordene, los agentes públicos y privados no pueden continuar desviando la atención de los problemas de fondo, eludiendo las responsabilidades civiles y penales que tienen el modelo de la industria forestal y sus empresas en estos siniestros.
GABRIEL ROJAS OYARCE
Contador Auditor