La nutricionista del Hospital de Litueche, Carolina Sepúlveda relevó la importancia de este acto de amor y apego entre la madre y el lactante.
Con el lema “Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones” se dio el vamos a la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2024 , la cual se centra en la importancia de que todas las madres, que así lo deseen, puedan amamantar a sus hijos e hijas, independientemente de las circunstancias de vida de cada mujer y cada familia, porque cada vez más la evidencia ha demostrado que este preciado alimento constituye una fuente natural de nutrientes necesarios para permitir un crecimiento y desarrollo adecuado para él o la bebé.
Así lo explicó la nutricionista del Hospital de Litueche, Carolina Sepúlveda, quién explicó que “la lactancia materna contribuye en el aspecto biológico al bienestar de los niños, pero además influye en el ámbito emocional y especialmente en el apego, esa complicidad única y natural que se da entre madre e hijo/a, lo que hace que la lactancia sea exitosa; por eso el lema de esta año va orientado a que se otorguen las condiciones mínimas y dignas para poder alimentar de forma tranquila y segura a nuestros hijos/as, con el acompañamiento continuo de parte del equipo de salud y el acceso a una atención oportuna cuando una mamá se ve angustiada por tener dificultades para lactar, respetando su cultura, sin temores.”
La profesional destacó el importante aporte que proporciona la leche materna, la cual “es catalogada como el ‘superalimento’ que necesitan los bebés, porque como sabemos aporta todos los macronutrientes como proteínas, grasas y azúcares y también es una buena fuente de vitaminas, minerales e inmunoglobulinas, éstas últimas, anticuerpos que los protegen de diversas enfermedades como las alergias alimentarias que están en notorio aumento”.
Finalmente, la nutricionista del Hospital de Litueche hizo un llamado a fortalecer este simbólico acto de amor como es la lactancia “mediante acciones que fomenten su consumo de forma exclusiva hasta los seis meses de vida y posteriormente complementarla con la alimentación sólida hasta los dos años o más y mientras las condiciones lo permitan”.
