Por Andrés Jorquera Cifuentes
Sin duda alguna, durante el último tiempo, la Salud Mental se ha tomado la agenda pública, lamentablemente, por tristes sucesos que nos hacen preguntarnos ¿Qué es lo que se está haciendo mal?
Personalmente y no siendo un profesional del área de la salud, más que preguntarnos qué se está haciendo mal, creo que es necesario y urgente, priorizar las cosas que tenemos pendientes. Específicamente hablando, horas médicas de especialistas en salud mental.
Sabemos que las horas de especialistas en salud mental escasean no solo en San Fernando, sino que, en el país completo, pero aquí nace la pregunta ¿Qué tanto nos estamos esforzando desde la salud pública para contratar especialistas y lograr que se mantengan en el tiempo?
No es un secreto para nadie que los profesionales prefieren trabajar en el sistema privado, donde -por ejemplo- una atención siquiátrica no tiene cobertura de FONASA, cuyo arancel por atención puede sobrepasar los $80.000.
Está claro que no hay bolsillo que aguante, menos con lo cara que está la vida actualmente. Lo anterior, nos lleva a que la persona que se siente enferma o a la que se le ha recomendado ir al siquiatra, no pueda hacerlo y no consiga tener acceso a un diagnóstico claro para poder comenzar un tratamiento.
Lamentablemente, de esta manera se forma un círculo vicioso donde no solo sufre la persona enferma, sino que también lo hace todo su núcleo familiar. Es una desgracia que la falta de tratamiento de una patología de salud mental termine en adicciones, violencia y suicidios. Esto último, por personas que están cansadas, que no encuentran otra salida aparte de la muerte, para dejar de sentir y luchar contra algo que, ante sus ojos, no tiene solución.
Por eso, creo que es indispensable fomentar los planes de atención desde el área de salud mental. Aquí el llamado es a todas las autoridades, desde la más alta. Esto es urgente: aumentar las horas psicológicas y psiquiátricas, hablar sobre salud mental (la gente no puede seguir sintiendo vergüenza por padecer, por ejemplo, una depresión), comenzar con el abordaje desde la infancia y aumentar las coberturas de salud mental en el sistema público.
Este es un emplazamiento que solo busca sumar al debate la realidad que está sufriendo mucha gente y, por consiguiente, sus familias. No puede ser normal, que deban escoger entre pagar una consulta particular de psiquiatra o pagar las cuentas del mes. No es justo.
Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud reveló que Chile es uno de los países con mayores niveles de suicidios a nivel latinoamericano. De acuerdo a cifras, después de la pandemia, los decesos ascendieron a 10,3 casos por cien mil habitantes.
