En los noticieros de la madrugada, los periodistas de diversos canales de televisión suelen reportear en terreno una serie de acontecimientos acaecidos en las últimas horas, los que por lo general resaltan por ser trágicos. Homicidios, asaltos y choques violentos tienden a protagonizar, de manera lamentable, la agenda noticiosa.
Sin embargo, mientras el corresponsal respectivo describe en primer plano este tipo de hechos; en ocasiones, es posible escuchar desde el fondo de aquel lugar –o quizás desde un costado-, el canto primaveral de un zorzal que habita en algún árbol cercano.
Aquella melodía, quizás sea un vestigio del Paraíso Perdido que aún se asoma a lo lejos en el horizonte auditivo. Desgraciadamente, los vicios y pecados del mundo actual; tienden a sepultar en los más profundos abismos de la sociedad, las señales de esperanza edénica que cada vez son más difíciles de percibir.
Patricio Balocchi Iturra
