Siendo las 07.22 horas del sábado 05 del presente, don Ruperto Manuel Valderrama Miranda, hace su última corrida terrenal en su querida casa de calle Manso de Velasco de esta ciudad.
A sus 91 años, don "Rupa", como cariñosamente le llamábamos, nos deja un tremendo legado de un deportista cabal, siendo uno de los corraleros más insigne del rodeo chileno, destacándose como pentacampeón de éste, en los años 1962, 1963,1965, 1967 y 1968. Ello lo llevó a que sus amigos lo apodaron el "Pelé de las medialunas". Declarado Ciudadano Ilustre de esta ciudad, ya que don Ruperto Valderrama, será para San Fernando, lo que es don Ramón Cardemil, para Curicó.
Comenzó esta actividad deportiva a muy temprana edad, siendo tremendo jinete y gran arreglador de varios caballos como lo fueron Matucho, Envidia, Venganza, Pelotera, Percala, Trampero, Reservado, Talento, en especial Manicero, con el cual logró el tricampeonato nacional.
Su partida ha significado un gran dolor para los suyos, en lo principal sus hijos Ruperto, Jaime, Ximena y Rodrigo, como asimismo a sus amigos, corraleros, vecinos, etc., quienes disfrutamos de sus amenas conversaciones, historias, enseñanzas, de su jovial risa, etc. Su prestancia, caballerosidad, nos dejará un vacío, una nostalgia irreparable, que solo podrá mitigarse recordándolo con el respeto y cariños que él nos prodigo.
En lo personal, junto a mi cónyuge María de los Ángeles Marmolejo e hijas, agradecerle su generosa y siempre espontánea amistad, que se forjó por muchos años, muy ligada por la fecunda amistad y compañerismo con su amigo corralero don Alberto Marmolejo.
Por cierto, que el flagelo de la pandemia que nos afecta, fue un impedimento para haberle realizado una despedida monumental, como se lo merecía a una Gloria del Rodeo chileno, pero ello no deber instar a los amantes de esta importante y masiva actividad deportiva, a mantener el legado que nos deja don Ruperto, para proyectarlo en las futuras generaciones.
Así parte don Rupa, en su última corrida, y a la orden del Capataz, con caballo derecho hacia la medialuna celestial, donde lo recibirán su señora Nanita, su hijo Marcelo y la gran familia corralera.
Bernardo Zapata Abarca
