Desde antes de asumir y durante toda su administración, el alcalde Pablo Silva Pérez ha puesto la transparencia como eje rector de su gestión. Junto a su equipo han ordenado las finanzas de un municipio defraudado en más de 20 mil millones de pesos durante las administraciones anteriores y han logrado, según el último informe del Consejo para la Transparencia, revertir la baja evaluación en transparencia activa de 2021 (menos del 50%) y aumentar este porcentaje a un 99,81%. Esto los posiciona dentro de los 20 municipios con la mejor evaluación en esta medición.
¿Desde su punto de vista, qué valores y principios debe defender y practicar un funcionario público, una autoridad comunal/gubernamental?
A mi juicio lo principal es la honestidad y la probidad. El primero porque creo que la gente se aburrió de liderazgos que fingen una postura, o que no son transparentes con su forma de pensar o hacer. Y la probidad, por otro lado, es un valor fundamental para quien quiera ocupar un cargo de poder, porque cuando un alcalde comete actos de corrupción o realiza una mala administración, esos recursos dejan de invertirse en seguridad, deporte, cultura o en apoyo a las organizaciones sociales y la ciudad no progresa, se estanca.
Ha habido diversos casos de corrupción, malas conductas y malversación de fondos públicos a nivel municipal en el último tiempo ¿Es un mal que ha crecido en nuestro país?
No sé si es algo que ha crecido, pero sí puedo decir que hoy hay mayores índices de fiscalización y, aunque falta mucho, se ha creado institucionalidad destinada a detectar este tipo de conductas. También creo que existe la sensación de que aumentó porque durante mucho tiempo creímos que la corrupción afectaba a otros países de América Latina y no a nosotros.
No obstante, es preocupante ver a autoridades y exautoridades, de distintos colores políticos, desfilando por tribunales, acusados y algunos condenados por este tipo de delitos. Eso ensucia a quienes intentamos hacer las cosas bien porque lamentablemente la ciudadanía no hace distinciones y muchas veces nos mete a todos en el mismo saco.
¿Cree que actualmente hay amenazas graves a la probidad administrativa y funcionaria en nuestro país? ¿El crimen organizado o el narcotráfico, por ejemplo?
Sin duda que es una amenaza. Hoy vemos niveles de crimen organizado que no existían y señales incipientes de que están permeando espacios de poder y, en este sentido, todas las autoridades, jueces, policías y quienes se interpongan en sus fines estamos en constante amenaza.
Por eso es importante fortalecer nuestras instituciones, mejorar la persecución penal, crear mejores mecanismos de control y desarrollar políticas públicas que les quiten espacio. En esa línea, desde la Municipalidad hemos creado y fortalecido la Dirección de Seguridad Pública comunal y, además, desde áreas como Cultura, Deporte y Juventud desarrollamos más de 180 talleres gratuitos a fin de evitar que nuestros jóvenes sean víctimas de estas bandas o de flagelos como el consumo problemático de alcohol y otras drogas.
¿Qué debemos hacer como país y sociedad para prevenir o combatir estas amenazas?
Es importante que los ciudadanos elijan personas probas, honestas y que busquen el bienestar de sus comunidades por sobre el beneficio personal. Es vital que los vecinos se involucren más en las decisiones, que aprovechen las instancias de participación ciudadana y se organicen a través de las juntas de vecinos, con el fin de detectar rápidamente situaciones anómalas.
¿Qué desafíos tiene la Municipalidad de San Fernando hoy?
Los desafíos son múltiples. No olvidemos que somos la capital de la Provincia de Colchagua y la segunda ciudad más importante en la Región. Creo que durante estos casi tres años de gestión hemos logrado normalizar el municipio, pagar una parte de las deudas heredadas y recuperar la confianza de nuestros vecinos y de las instituciones del Estado. Hoy es el momento de pensar a largo plazo y sentar las bases para lo que serán las próximas dos décadas de desarrollo para San Fernando. Que el tricentenario nos encuentre con una ciudad posicionada en el lugar que merece dentro de la región.
