“Nuestra principal aspiración es poder tener un organismo dependiente del Estado que administre los servicios de navegación aérea tal como ocurre en los países vecinos y en Europa. Esta modernización daría más certezas en esta lucha por la seguridad”, afirmó el presidente del Colegio de Controladores de Tránsito Aéreo de Chile, Jorge Caro Gálvez, en una entrevista en Radio Nuevo Mundo.
La conversación se inició a partir del enfrentamiento en el aeropuerto que provocó la muerte del funcionario de seguridad aeroportuaria Claudio Villar y, ante ello, Jorge Caro reiteró el pesar de su gremio ante la situación y enfatizó que se requiere que se tomen las medidas para que esto no vuelva a pasar.
“Esta situación que se generó había sido advertida por nuestros colegas de seguridad aeroportuaria e incluso tienen propuestas para enfrentar esta situación” indicó.
Pero la preocupación por la seguridad también es un tema que involucra a los controladores aéreos y por el que han estado luchando hace más de una década, a través de conversaciones con autoridades de Gobierno y de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
“La labor que desempeña un controlador de tránsito aéreo es asegurar el flujo de las aeronaves sin percances, haciéndolo efectivo y eficaz; pero la principal función es mantener la seguridad. Hay alrededor de 500 controladores en Chile, en 5 centros de control (que son las áreas más grandes), en los sectores de aproximación de los aeropuertos y en las torres de cada terminal aérea”, explica el timonel aeronáutico.
“Podemos ver falta de personal, las herramientas para utilizarlas no están debidamente aseguradas. Además, la DGAC en su conjunto es una estructura anquilosada que nace de una ley orgánica de 1968 que creó una Dirección de Aeronáutica que en ese entonces se asimilaba a las que estaban operando en el mundo. Pero hoy las aeronáuticas han cambiado: por ejemplo, la policía aeronáutica no está en la misma entidad que los controladores aéreos, pero en Chile todo continua al alero de la DGAC, la Comandancia en Jefe y la FACH”, enfatiza con preocupación.
“Tenemos gente con muy poca preparación a cargo de la seguridad aeroportuaria que se ha exigido en los últimos años, no son policías como corresponde. Y los controladores aéreos también alegamos lo mismo porque no tenemos las capacitaciones necesarias requeridas para ir funcionando a los niveles que la tecnología y la cantidad de tránsito ameritan hoy en Chile” comenta.
Caro explica que este panorama “es el que hemos tratado de cambiar desde hace algún tiempo, para rescatar y acceder a las bondades que tienen los sistemas implementados actualmente en otros países y tener una aeronáutica moderna que aborde los problemas de fondo tanto en seguridad aeroportuaria para que estas cosas no suceden”.
Ante la consulta de quién les gustaría depender, señaló que aspiran a que la estructura se modernice, a que “un organismo como el nuestro dependa del Ministerio de Transporte; que Meteorología dependa del Ministerio de Medio Ambiente o que la Seguridad Aeroportuaria esté a los niveles que corresponde”.
“Creemos que la FACH ya cumplió un rol importante y significativo y que tiene que dar un paso a nuevas instancias para avanzar en la aeronáutica nacional, asimilando lo que se da a nivel internacional. Nuestra principal aspiración es poder tener un organismo dependiente del Estado que administre los servicios de navegación aérea tal como ocurre en los países vecinos y en Europa. Esta modernización daría más certezas en esta lucha por la seguridad”, advierte.
El presidente de los controladores aéreos chilenos indica que sin duda la minimización de cada una de las actividades que tiene que dirigir un organismo como este debería hacerlo más efectivo. Hoy el actual director de la DGAC es un general activo que viene en comisión de servicios y que tiene que dirigir un servicio de 4.500 funcionarios. Estos directores vienen con un conocimiento importante sobre lo que es la aviación, pero no necesariamente de la aviación comercial y aeronáutica.
Agrega que generalmente tienen un periodo de adaptación y comienzan a tomar decisiones cuando ya llega un nuevo general y todo vuelve a cambiar.
“Nosotros creemos que dividir esta dirección general de aeronáutica podría ser más efectivo y eficiente en cuanto a distribución de recursos que hoy tienen que dividirse en distintos servicios y áreas muy disímiles. Hoy es difícil discernir los énfasis en inversión: armas, recursos para los bomberos (SEEI) o recursos para Meteorología… los mismos recursos para todo”.
“Hoy nos enfrentamos a un organismo muy grande y la división podría ser mejor” concluye.
