La educación de Chile está en crisis, prácticamente en la UTI. Sin un diagnostico definido ni menos una terapia posible. Simplemente resistiendo. El corazón del pedagogo de Chile, está por sufrir un paro cardiaco.
Desde la semántica el concepto pedagogo, proviene del griego y significa “aquel que acompaña al niño o al joven en búsqueda del saber”. Un pilar determinante para una sociedad, que la educa, ósea saca lo mejor de cada niño y lo lleva por los caminos de la sabiduría. Por lo tanto, si tenemos docentes, pedagogos fortalecidos, perfeccionados y acompañados, nuestra sociedad sería más culta, noble y justa. Pero, por el contrario, sino están fortalecidos, perfeccionados y acompañados, tendremos una sociedad ignorante, deshumanizada e injusta. Por tal motivo la educación primaria y secundaria, es un tema relevante para las políticas públicas y privadas de nuestro país.
Hablar de educación de excelencia, debería ser en mirada 360 grados, ósea en todas las áreas de desarrollo humano, salud mental, emocional, académica, espiritual, deportiva etc. como curriculum o praxis, en planes y programas, pero no existe.
La educación de calidad pareciera que se mide solo por SIMCE o PAES, alienando conceptos trascendentales como espiritualidad, valores, respeto, empatía, solidaridad o cultura. Al parecer estos conceptos virtuosos residen solo en los colegios confesionales o colegios particulares, en donde se habla explícitamente sobre la formación integral, como formación de buenas personas y excelentes ciudadanos. Ser docente en Chile, especialmente en la educación pública, se caracteriza hoy por una serie de dificultades y desafíos. Junto a esto, la desvalorización de la labor pedagógica es un factor que ha tomado fuerza. Es como una contradicción, entre una profesión valorada socialmente versus profesionales distantes de percibir dicho reconocimiento. En la actualidad por la mala gestión en la educación, las cifras indican la disminución de un 8% anual de quienes optan por estudiar Pedagogía. Junto a esto, la deserción ha aumentado durante los últimos años, llegando a que un 20% de los docentes de la educación pública, se retiran en los primeros cinco años de vida laboral. Según un estudio de “Elige Educa”, para el año 2025 habrá un déficit de más de 26 mil docentes.
QUE PODEMOS HACER en la praxis, en el día a día. Hoy tenemos un Ministerio de Educación que no escucha a los gremios de profesores, tampoco a los alumnos y apoderados, no escucha a nadie. Ni tampoco cumple con los compromisos contraídos post paros de educación. Un SLEP como innovación de la educación, pero al parecer, sin entrar en detalles ha sido un RETROCESO. Los DAEM están intentando reconquistar la educación con nuevos proyectos (Proyecto A.M.O.R. Daem Santa Cruz) Y Asumir el desafío de acompañar, abrir espacios y generar apoyos para los profesionales y comunidad de la educación en Chile y en nuestras comunas. Además, implica contextualizar y entender la profesión desde la realidad, desde el aula de la actual institución escolar, sus desafíos y necesidades. Formar equipos directivos humanizadores, que vuelvan a encontrarse con el corazón del pedagogo, siendo clave para el cambio. De directivos que gestionen con carácter de prioridad buscar el apoyo sociemocional y espiritual del docente que se encuentra agotado, desanimado y hasta con miedo a enfrentar la adversidad. Equipos que deben ser acompañados para comprender y avanzar en los nuevos paradigmas, nuevos perfiles y actitudes de los niños y jóvenes de hoy. La educación necesita corazón, apoyo y gestión. Los profesores necesitan tu apoyo como alumno y ex alumno, como apoderado, como amigo y familiar. Comparte una palabra de aliento, un mensaje fraterno, un gesto de ánimo, un abrazo y apoyo a tu profesor. La educación necesita humanizarse, para formar una nueva humanidad de calidad y excelencia virtuosa.
Jorge Vásquez, Coach UC
