A cuatro años del inicio de la pandemia del Covid-19, hemos experimentado cambios notables en nuestro modo de vivir, relacionarnos y trabajar. Parte importante de este fenómeno ha ocurrido en las empresas, que se han embarcado en un proceso continuo de adaptación y han enfrentado la necesidad de ser ágiles y flexibles para sobrevivir en este entorno. Entre los retos cruciales se encuentra la alineación entre la estrategia corporativa y la cultura organizacional, un delicado equilibrio que, más que nunca, sigue siendo uno de los mayores desafíos empresariales.
La cultura organizacional es el alma de las organizaciones; es el conjunto de valores, normas y comportamientos que definen su esencia. Cuando esta no logra alinearse con la estrategia corporativa, la discordancia se vuelve evidente: los esfuerzos se disipan y los resultados no florecen. La resistencia al cambio, la falta de comunicación efectiva o la falta de alineación en los líderes pueden entorpecer la fluidez entre la estrategia y el logro de los objetivos del negocio.
Por eso la figura del liderazgo es fundamental; un faro en el viaje hacia la convergencia entre cultura y estrategia. Los líderes deben ser visionarios y capaces de alinear qué se debe hacer y cómo hacerlo, para implementar correctamente las estrategias. Para eso, tanto la apertura al cambio como la capacidad de influir o liderar la transformación, son bienes invaluables en cualquier organización.
Identificar a estos líderes visionarios, hábiles en la navegación entre el mandato de la estrategia y la capacidad de adaptación cultural para lograr los objetivos en forma efectiva, se convierte en una prioridad. La capacidad de comprender la estrategia, comunicar y promover la adaptación define la diferencia entre el éxito y el estancamiento empresarial.
La armonía entre estrategia y cultura no es instantánea. Requiere de un proceso de construcción, diálogo continuo y flexibilidad que permita a la cultura organizacional alinearse en un relato poderoso. Por eso, la sinergia y alineamiento corporativo es fundamental para la excelencia empresarial en estos tiempos cambiantes y desafiantes.
El año 2024 viene lleno de desafíos en diversas materias y las empresas, para enfrentarlos de la mejor manera, deben poner especial foco en el liderazgo. Esto no sólo para lograr buenos resultados a fin de año, pues la verdadera medida del éxito será la capacidad de una organización para evolucionar sin perder su identidad, manteniendo un equilibrio dinámico entre el cumplimiento de metas y el fomento de una cultura que empodere y motive a sus colaboradores./
Bernardita Mena
Managing Director en Stanton Chase Chile