Desde que James Bond saltó de las páginas de las novelas escritas por Ian Flemming a las pantallas de cine, se ha convertido en un icono de la cultura pop en todo el mundo. No hay nadie que no conozca al espía británico o que no haya visto alguna de sus numerosas películas. Por eso, a continuación, vamos a hacer un repaso de algunas de las cintas más emblemáticas.
Casino Royale (2006)
Comenzamos con la que, para muchos, es la mejor película de 007 de la era moderna. Su éxito se debe a numerosos aspectos, aunque no cabe duda de que la decadencia en la que había entrado la saga con los últimos títulos tiene mucho que ver. También fue el debut de Daniel Craig, quien demostró estar a la altura de la situación en una historia apasionante que llevaba a Bond a un casino de Montecarlo para participar en una mortal partida de póker.
Desde Rusia con amor (1963)
Ahora retrocedemos en el tiempo para llegar a los inicios de la saga cinematográfica. La segunda película protagonizada por Sean Connery lleva al famoso agente hasta territorio ruso, donde deberá obtener un dispositivo decodificador soviético mientras es perseguido por un mortal asesino interpretado por Robert Shaw. Esta película destaca por la sencillez de su propuesta, alejada de los rebuscados argumentos de algunas cintas posteriores, y por las crudas secuencias de acción.
Diamantes para la eternidad (1971)
Aunque Diamantes para la eternidad no siempre ha sido considerada una buena película, lo cierto es que se trata de una de las cintas más infravaloradas del agente 007. Protagonizada por Sean Connery, la cinta siempre ha dividido a la crítica y al público por lo discreto de su propuesta. El espía ha de perseguir a unos contrabandistas y, para ello, viaja de Ámsterdam a Las Vegas. Allí vemos a Bond en su salsa, en compañía de una bella joven, mientras demuestra su habilidad participando en el juego de Craps, una variante de los dados que hoy en día es posible jugar en cualquier casino en línea desde casa. La cinta carece de algunos elementos exóticos propios de la saga, pero recupera a Blofeld, uno de los villanos más icónicos.
GoldenEye (1995)
El debut de Pierce Brosnan durante los años 90 sirvió para revitalizar la franquicia con una película que aportaba notas de frescura y elegancia al tiempo que mostraba cómo dar un paso adelante. En esta ocasión, las aventuras del espía a las órdenes de Su Majestad comienzan en Montecarlo, donde ha empezado a operar una malvada organización rusa conocida como Janus. Un asesinato y el robo de un helicóptero de la OTAN son solo el inicio de un plan más siniestro que llevará a Bond a enfrentarse a amigos y enemigos por igual.
La espía que me amó (1977)
Cerramos la lista con uno de los actores que más veces representó al agente británico. Roger Moore, amado por unos y despreciado por otros, se puso en la piel de 007 para protagonizar esta cinta repleta de todos los tropos clásicos de la saga. Aquí, Bond trata de encontrar unos submarinos equipados con armamento nuclear que han sido secuestrados, para lo cual se ve obligado a asociarse con una agente del KGB. Algunas de las escenas de acción más memorables pertenecen a esta película, entre las que destaca la mítica secuencia de esquí.
