Desde hace algunas décadas un grupo de sanfernandinos vienen realizando gestiones y acciones para mejorar la integración chileno argentina, concretamente entre Colchagua y las ciudades argentinas de Malargüe y San Rafael por la ruta ancestral del llamado “Paso Las Damas”, que en un principio fue huellada y transitada por los habitantes nativos precolombinos que cruzaban la cordillera para cazar principalmente guanacos.
Posteriormente esta ruta por este portezuelo llamado Paso la Damas a 3.100 metros aproximadamente sobre el nivel del mar fue usado por los patriotas en el período de nuestra independencia, también fue transitada esta ruta por mineros, que trabajaban en la mina “Las Choicas” (ñandúes) en la alta cordillera frente a San Fernando.
Durante muchos años este paso fue usado por arrieros, qué a lomo de caballo o mulas, con su ganado doméstico cruzaban a las llamadas veranadas o zonas de pastoreo en las cercanías del río Atuel en la Argentina cordillerana, también esta fue ruta ocasional de algún tipo de comercio furtivo o contrabando de diferentes productos usando el intercambio o trueque.
En estos últimos tiempos, personas progresistas agrupadas en la organización comunitaria denominada “Comité Paso las Damas”, han influido y gestionado antes las autoridades pertinentes para que este “paso” se perfeccione, lo que se ha traducido en que ahora durante el período de verano se pueda cruzar Los Andes en vehículos de tracción cuatro ruedas.
Este ideal trabajo de largo aliento, tuvo su inicio o repunte más formal y serio el 10 de febrero del año 1996, donde un grupo de 40 aventureros de región de O´Higgins, encabezados por el Intendente de la época, Bernardo Zapata Abarca, junto a otras autoridades de las tres provincias, se reunieron en el límite de ambos países, junto al Intendente de Malargüe Celso Jaque para colocar una placa o hito que permanece en la frontera.
Respecto del turismo en general son viajes por el placer de ver, conocer y disfrutar de atractivos culturales, medioambientales, paisajes de belleza escénica, aire puro, flora y fauna, arquitectura, monumentos, etc.
Desde el hito fronterizo nuestra región tiene mucho que ofrecer al turismo argentino, como lo es la distancia más corta al océano Pacífico que a las playas atlánticas, los paisajes cordilleranos, conocer la topografía donde chocó el año 1972 el avión uruguayo, las impresionantes huellas de dinosaurio, disfrutar de las naturales y abundantes aguas medicinales en Termas del Flaco, conocer pinturas rupestres y petroglifos, visitar el Glacial Universidad el más grande del Chile central, visitar las Peñas, La Rufina, Bellavista y el santuario de la naturaleza Roblerías de Huemul Alto. Y en San Fernando sus monumentos nacionales arquitectónicos, como lo son por ejemplo la Iglesia San Francisco y su cúpula característica y la casa patronal Lircunlauta, único ejemplo en Chile de la arquitectura colonial que vio nacer y crecer una ciudad como lo es la capital de la provincia de Colchagua y, desde aquí se puede visitar Chimbarongo, los museos de Santa Cruz, San Vicente, el Huique, las azudas de Larmahue, el pueblo minero de Sewel, los casino de San Francisco y Santa Cruz, las salinas de Cahuil, el valle de Colchagua, el Embalse de Convento Viejo, el Lago Rapel y los múltiples cerros y montañas, las playas de Pichilemu y el surf en Punta de Lobos , etc. Todo esto con una hotelería, hospedaje y gastronomía muy característica de los diferentes destinos turísticos.
Pedro Marchant Villanueva