Parlamentaria subrayó que, según las estadísticas, el 58% de los niños tiene un teléfono celular con acceso a internet antes de los 10 años.
La diputada, Carla Morales, solicitó al Presidente Gabriel Boric que se tome con urgencia la regulación del uso de smartphones en los colegios. Esta solicitud se fundamenta en la reciente encuesta de CADEM, que revela que el 82% de la población estima que los smartphones no deberían estar permitidos en los colegios, y el 97% opina que las redes sociales deberían exigir el consentimiento de los padres para que los menores de edad puedan tener cuentas.
“Nos vemos obligados a reflexionar sobre cuál es el verdadero impacto que tiene el uso específico de celulares y no de otros aparatos electrónicos que sí aportan a los procesos de aprendizaje, como tablets o computadores, en los distintos procesos educativos”, afirmó la parlamentaria RN.
Asimismo, estudios indican que un alumno tarda al menos 20 minutos en recuperar la atención después de recibir una notificación en su celular, y que el uso excesivo de estos dispositivos aumenta el estrés, la ansiedad y reduce las habilidades sociales.
Al respecto, la representante de la región de O´Higgins, insistió en que “con estos datos concretos reflejados en los colegios y aulas, podemos llegar a la convicción de que el camino para afrontar esta realidad es prohibir los celulares dentro de las aulas y fomentar el uso responsable de la tecnología, como computadores o tablets”.
Bajo esa línea, y como coautora de uno de los proyectos refundidos en esta moción, la legisladora lamentó que se haya perdido la oportunidad de enviar una señal clara y concreta sobre el empleo de celulares durante la tramitación.
“Lamento que se haya cambiado el título de la iniciativa, pasando de la prohibición de celulares en aulas a la regulación, lo que claramente no está a la altura de los problemas que enfrentan nuestros niños por el uso excesivo de este aparato electrónico”, expresó.
Finalmente, Morales destacó la importancia de diferenciar los distintos tipos de aparatos electrónicos en el proyecto y cómo estos afectan los procesos de aprendizaje.
“Es crucial que logremos diferenciar claramente en este proyecto los aparatos electrónicos que aportan y los que no, y que esto se refleje en los reglamentos internos de cada comunidad educativa”, enfatizó.