La iniciativa investigó a 71 menores intervenidos con la técnica de reparación intrauterina entre 2012 y 2022, estableciendo diferencias en las manifestaciones asociadas a mielosquisis y mielomeningocele.
Valiéndose de la cirugía reparatoria prenatal, que, a través del cierre de la espina dorsal defectuosa del feto, detiene el daño químico o mecánico que éste pudiese presentar desde su nacimiento, el equipo del programa Espina Bífida del Hospital Dr. Franco Ravera Zunino (HFRZ), dio un paso adelante en torno al defecto neural, desarrollando una importante investigación, que fue publicada en la prestigiosa revista científica suiza “Fetal diagnosis and therapy”.
“A medida que fuimos operando, dejamos de lado la antigua asociación que se hacía de la espina bífida abierta con mielomeningocele. Y nos dimos cuenta que, a veces, esta disrafia se relaciona también con mielosquisis. Ambas lesiones, exponen una médula espinal abierta, con filtración de líquido cefalorraquídeo, pero tienen comportamientos y secuelas distintas”, expresó el neurocirujano del HFRZ, Dr. José Miguel Müller.
Con lo anterior, el especialista expuso que “la falla del cierre en el tubo neural del feto que se genera entre los días 16 y 26 de gestación, deja una médula espinal expuesta al medio intrauterino, que puede, al contacto con los químicos del líquido amniótico, o el roce con las paredes uterinas durante el crecimiento fetal, provocar en él, una malformación de Chiari II, un daño motor (problemas para caminar), un desarrollo menor o mayor de hidrocefalia, entre otros problemas de salud”.
El estudio
El Dr. Müller, señaló que “como equipo, nos preguntamos si había o no una relación de ambas lesiones con un menor o mayor desarrollo de hidrocefalia, o si se asociaba a una mejor o peor marcha y así fue que realizamos el estudio en 71 pacientes en nuestro hospital. Hicimos un seguimiento, con imágenes de resonancia magnética, analizando las correlaciones radiológicas, el tipo de lesión, las dimensiones del atrio ventricular, grado de gravedad de Chiari II”.
“Tras detectar diferencias en las lesiones, concluimos que corresponden a subtipos de espina bífida abierta. En el caso de mielomeningocele, las manifestaciones clínicas tienden más a pie bot (anomalía congénita) y una peor marcha. Para mielosquisis en tanto, un peor grado de Chiari II. Planteamos, asimismo, la importancia de ampliar el estudio a análisis biomoleculares e histológicos para profundizar más en las diferencias halladas”, sostuvo el neurocirujano.
Impacto
El Dr. Edgardo Corral, médico ginecólogo, referente de Medicina Fetal del HFRZ, sostuvo que “somos referente nacional en la materia, terceros a nivel latinoamericano, y sin duda, que una revista de tan alto prestigio internacional publique esta investigación, nos valida y motiva a avanzar también en ese plano. Es un estudio pionero, autónomo, trabajado conjuntamente con el departamento de investigación del hospital, que explica la presencia de un comportamiento diferente y subtipos en espina bífida, que abre la posibilidad a que recibamos respuesta de la comunidad científica internacional”, agregando que también “nos ayuda a clarificar el estatus actual, anticipar cuál va a ser el modelo para predecir, direccionar a los equipos a un mejor tratamiento posterior a la reparación prenatal y explicar mejor a los padres el comportamiento del cuadro”.
Renato Anfossi, jefe del Departamento de Investigación del HFRZ, concluyó que “es un trabajo original, apoyado por el Fondo de Financiamiento a la Publicación en Revistas Indexadas que el hospital dispone. Es una primera aproximación que entrega respuesta temporal e invita a los especialistas a profundizar el análisis, que visibiliza nuestro conocimiento de espina bífida a nivel internacional, tanto por las intervenciones como por el interés científico, lo que finalmente posiciona al hospital como un centro observación para el resto del mundo”.