Estas acciones forman parte del Plan de Monitoreo del Proyecto GEF Humedales Costeros, el cual incluye un censo de aves realizado cuatro veces al año, con el cual se busca conocer las especies presentes en el humedal, su abundancia y la evolución que tienen en el tiempo. Los resultados entregados corresponden a la estación de verano 2023.
Con el objetivo de iniciar un monitoreo regular de las poblaciones de aves presentes en el humedal de Cáhuil en Pichilemu durante el 2023, el Proyecto GEF Humedales Costeros desarrollado por la Seremi del Medio Ambiente O´Higgins, llevó a cabo en el mes de febrero, el censo correspondiente a la estación de verano. De esta manera, se busca conocer las especies presentes, su abundancia y la evolución que tienen en el tiempo.
“El trabajo que ha desarrollado el Proyecto GEF Humedales es de suma importancia, ya que nos permite tener una base científica de las especies presentes en este humedal y a partir de estos datos, generar una planificación y acciones para conservar y proteger estas especies y su ecosistema. Venimos trabajando hace más de dos años en este proyecto y continuaremos con este monitoreo y otras acciones que impactan positivamente en el humedal de Cáhuil, lo que va en la línea de las acciones que como gobierno ecológico queremos impulsar en los territorios”, señala Giovanna Amaya, Seremi del Medio Ambiente O´Higgins.
El trabajo se enmarca en la Estrategia Nacional para la Conservación de Aves 2021-2030 del Ministerio del Medio Ambiente y en el Plan de Monitoreo que el Proyecto realiza en sus cinco pilotos (regiones de Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins, Biobío, La Araucanía). Este último programa incluye, además del censo de aves (cuatro veces al año, correspondientes a cada estación), el monitoreo de peces, macroinvertebrados, calidad del agua, entre otros.
“Para la realización del informe, se realizó el conteo de aves desde el sector del Estero Nilahue hasta su desembocadura en el sector de la barra. A lo largo de esta zona del piloto, se cuenta con siete estaciones de monitoreo, las que son punto de referencia por ser lugares que ofrecen una buena panorámica del sitio y del avistamiento de aves”, explicó el coordinador local del Proyecto en la región de O’Higgins, Luis Araya, quien formó parte de la jornada de conteo junto al ornitólogo a cargo del censo, Daniel Imbernón.
Los resultados registraron 56 especies diferentes de aves, sumando un total de 2.673 individuos censados, por lo que se incorporaron 10 nueves especies a las ya 67 contabilizadas en noviembre de 2022, dando un total de 77. Las concentraciones más grandes de aves se observaron en los sectores de Barrancas y La Balsa, con 941 y 906 individuos respectivamente, mientras que los sectores con mayor diversidad de especies fueron Barrancas y La Villa, con 26 y 22 aves en cada uno.
Otros datos interesantes que se obtuvieron de este censo, es que incluso siendo finales de verano se pudieron ver varias especies con pichones como el cisne de cuello negro, cisne coscoroba, tagua común y pato gargantillo. Además, en los conteos se observó que las aves más abundantes del humedal fueron la tagua común (1261), el cisne de cuello negro (236), la gaviota de Franklin (180), el yeco (127), y el cisnecoscoroba (105), “todas ellas pertenecientes al grupo (sin carácter taxonómico) de las aves acuáticas”.
Finalmente, solamente el 21,42%, es decir, 12 especies, están registradas en Estado de Conservación en la actualidad en Chile, reconociéndose en categoría de Preocupación Menor todas salvo el cuervo de pantano común, el pilpilén común y el gaviotín elegante, que están en el nivel superior de Casi Amenazada.
Este monitoreo se repetirá durante el año, en otoño, invierno y primavera, a fin de obtener datos concretos que sirvan de insumo para planificar acciones de protección y conservación del humedal y su biodiversidad.