Hondo pesar causó el fallecimiento de Tulio Cabezas Silva, quien estaba punto de cumplir 95 años de edad, entre los integrantes de la Logia Colchagua de San Fernando.
Don Tulio perteneció a la masonería local desde el año 1968. Es así como en estos días iba a ser merecedor de la medalla y diploma que confiere la Gran Logia de Chile por 50 años de trabajo ininterrumpido en la masonería.
Siendo oriundo de Marchigüe, llega a temprana edad a internarse en la Escuela Hogar de San Fernando, donde conoce a quien sería su protector y guía de toda una vida, don Abraham Silva Triviño junto a su señora doña Guillermina Souto, ambos muy recordados por su destacada labor en beneficio de los niños más desposeídos de la ciudad.
Posteriormente continúa sus estudios en la Escuela Industrial de San Fernando. Esto le permitió desempeñarse profesionalmente en el área de la construcción. Luego entre los años 1969 y 1970, ocupa el cargo de Director Regional de SQM y entre 1971 a 1973, se desempeña como Director de Corfo provincial. Con los años se dedica a la actividad comercial, con un pequeño almacén-librería, en calle El Roble, donde muchos vecinos le recuerdan hasta el día de hoy.
Formó una familia junto a Doña Otilia Maturana, que se desempeñó en el Hospital de San Fernando. En julio pasado cumplieron 68 años de casados, donde nacieron tres hijos: Lilian, Eduardo, fallecido trágicamente en Italia y Carlos.
El sábado fue despedido por sus hermanos de Logia en una sobria y emotiva ceremonia, donde el representante del Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, junto al Presidente de la Logia masónica local, hicieron entrega póstuma a su viuda, de la Medalla y Diploma por sus 50 años en masonería.
Fue objeto de los honores y tributos de sus hermanos y amigos, quienes le despidieron con sentidas palabras, que reflejan el aprecio y reconocimiento a la labor silenciosa que don Tulio Cabezas Silva desarrolló en la masonería, instituciones y organizaciones sociales y políticas en las que participó activamente durante su larga vida.