Con escasa o nula presencia de síntomas, la hepatitis grasa es una enfermedad cuya detección y control es crucial para evitar que el paciente progrese a una cirrosis que comprometa su vida.
En el marco del día mundial contra la hepatitis, el Hospital Regional del Libertador Bernardo O’Higgins (HRLBO) releva la importancia de conocer más sobre la hepatitis grasa, “una enfermedad que suele presentarse con asintomatología y que, de no tratarse a tiempo, podría conducir a una fibrosis del hígado o cirrosis, insuficiencia hepática e incluso ser la puerta de entrada a un cáncer al hígado”, como lo manifiesta el Dr. Jairo Ruíz, gastroenterólogo jefe de la unidad de Endoscopía del centro de salud.
Ruiz, destaca que “si bien es cierto la hepatitis en general es una inflamación del hígado por lesión o infección, que puede asociar su origen a múltiples causas, entre ellas las metabólicas, uso de medicamentos, consumo de alcohol, contacto con toxinas, también puede originarse por acumulación de grasa en las células hepáticas”, añadiendo que es “conocida también como hígado graso, se trata de una enfermedad silenciosa, que puede llegar a ser peligrosa, porque muchas veces no presenta síntomas previos. A veces solo algunas molestias asiladas al costado superior del abdomen, siendo detectada por sospecha, basándose en el historial médico, por análisis de sangre, imagenología o biopsia al hígado”.
Con lo anterior, el profesional del HRLBO describe que, “la hepatitis grasa se divide en dos tipos, ambos con almacenamiento de grasa al interior de las células del hígado. Una es la esteatosis hepática alcohólica, que se estrecha con el consumo de alcohol, con cómo el cuerpo lo descompone y destruye células del hígado para dar paso a una cirrosis y la segunda, la esteatosis hepática no alcohólica, que, sin relacionarse al consumo, deteriora la función hepática y puede avanzar a un hepatocarcinoma que es un tumor cancerígeno”
Población de riesgo
El gastroenterólogo del Hospital Regional enfatiza que, “la hepatitis por grasa puede presentarse con mayor frecuencia en personas con sobrepeso, obesidad, sedentarios, aquellas que tienen diabetes o resistencia a la insulina, quienes cursan dislipidemia, hipercolesterolemia, mantienen un consumo problemático de alcohol o tienen trastornos metabólicos. Con respecto a la edad, puede ser a cualquier edad, dada principalmente la mala alimentación que poseen muchos niños, jóvenes y adultos, pero suele ocurrir mayormente en adultos”.
Cómo hacer frente a esta hepatitis entonces
El Dr. Jairo Ruíz es enfático finalmente en mencionar que la actividad física cardiovascular por treinta o más minutos diarios es uno de los factores más importantes para prevenir el hígado graso, además de recomendarlo como acción efectiva para reducir la grasa acumulada en el hígado. Controlar y rebajar el peso corporal en un 10% si se está con sobrepeso también es significativo, igualmente el suprimir el alcohol, advirtiendo que “se comporta como una condición, que se puede tratar para evitar llegar a una cirrosis y todas sus complicaciones, entre ellas la más grave, el cáncer de hígado”