Tradicionalmente durante el mes de Julio de cada año, el Ejército de Chile desarrolla en todas sus Unidades a lo largo del territorio nacional, la Ceremonia de Juramento a la Bandera, actividad formal cargada de emociones para el personal de Oficiales, Cuadro Permanente, Soldados de Tropa Profesional y Soldados Conscriptos que inician sus pasos en la carrera de las Armas o bien integran el contingente, que anualmente cumple con el deber cívico que involucra el Servicio Militar.
En este orden de ideas, se entiende la trascendencia de esta ceremonia, en virtud del sublime compromiso que adquiere el militar, al momento de Jurar ante Dios y la Bandera, servir fielmente a la Patria, imponiendo en este compromiso, entregar la vida misma en ese cometido. Sin embargo, la consigna pronunciada por el juramentado, no es un simple poema recitado, conlleva un sentir que no es puramente militar; implica un sentimiento nacional que a lo largo de la historia ha congregado en una causa justa a todos los chilenos, con el sólo objetivo de defender la patria y sus altos intereses cuando ésta se ha visto amenazada, por lo que ese indómito espíritu aguerrido que caracteriza al pueblo de Chile, es la principal y más concreta carga emocional que se expresa en el sólido compromiso con la nación y por tanto, de sus ciudadanos, ante el requerimiento de la patria de ser defendida y respetada.
En el caso particular del Ejército de Chile, la consigna de dar la vida por nuestra patria, encuentra su origen en el Combate de la Concepción, desarrollado en la Sierra Peruana los días 9 y 10 de julio de 1882, en el marco de la Guerra del Pacífico, en la fase de la Campaña de la Sierra. Acción de guerra en la que 77 Soldados chilenos enfrentan un desigual combate ante un adversario inmensamente superior en fuerzas, en el que uno a uno fueron ofrendando sus vidas, al no dar tregua ni espacio a rendirse y que finalmente termina con la muerte de los 77 bravos “Chacabucanos”, que bajo la consigna de no rendirse jamás, entregaron sus vidas en defensa de la Patria y su Bandera, legando de esta forma a las generaciones futuras, ese profundo compromiso de servir a Chile hasta la muerte y que se ha transformado desde entonces, en la máxima que todo soldado chileno lleva sólidamente en lo más profundo de su ser.
Es necesario indicar que los 4 Oficiales y la gran mayoría de los suboficiales y soldados que integraban las fuerzas chilenas en La Concepción, no eran militares de carrera, sino que, como muchos otros miles de chilenos, habían concurrido desde sus colegios, casas y trabajos, a presentarse en los cuarteles con la intención de participar en el conflicto contra dos países, en defensa de nuestra patria.
Por esto, es que el Juramento a la Bandera no es un compromiso exclusivo de los militares, es el compromiso de cada ciudadano con Chile y esto se entiende así, en virtud que cada integrante del Ejército de Chile es también parte de la sociedad, en la que el compromiso adquirido involucra a sus familias, amigos y conciudadanos y que, después de abandonar las filas de la institución, es el compromiso eterno que guía los actos de su vida ciudadana al amparo del honor, la lealtad con Chile y con su pueblo.
Esta forma de entender lo trascendental del Juramento a la Bandera, es lo que motiva la participación del Ejército de Chile en todas y cada una de las acciones y hechos de nuestro país desde la creación del Ejército en 1810, porque debemos tener presente que todos los soldados del glorioso Ejército de Chile, han jurado “hasta rendir la vida si fuese necesario”, pensando en que nuestra labor de servicio a la patria es permanente, 24/7 los 365 días del año, ya que se rinde un poco la vida al estar largos días en instrucción en campañas lejos del hogar, al estar en las frías y lluviosas noches estando de guardia, al estar apoyando y ayudando a nuestros compatriotas en cada emergencia o desastre natural que nos afecta, se rinde un poco la vida desplegados en apoyo a nuestra comunidad en la pandemia y también se rinde un poco la vida del militar en las distintas operaciones que nos corresponde cumplir en el norte y en el sur, por el resguardo de los intereses de la nación, en beneficio de nuestro país y de todos sus habitantes.
Eso es en síntesis lo que nos mueve como militares, ciudadanos y chilenos para contribuir a la aspiración de lograr cada día un Chile mejor y en ese empeño proteger nuestra patria y a nuestros compatriotas.
Finalmente, todos los Oficiales, Suboficiales y Soldados Conscriptos del Regimiento N° 19 “Colchagua”, que prestamos nuestro servicio a la Patria en la Provincia de Colchagua y que ya hemos pronunciado con fervor nuestro juramento, saludamos, abrazamos y rendimos un homenaje a todos los hombres y mujeres que este sábado juraron a la bandera, comprometiéndose con la Patria hasta rendir la vida si fuese necesario, tal como lo hicieran los 77 jóvenes chilenos que rindieron sus vidas defendiendo a Chile en la gesta heroica de La Concepción, 140 años atrás.
JOSÉ BUSTAMANTE SASMAY
Coronel
Comandante del Regimiento N° 19 “Colchagua”