El Centro de la Mujer es un programa que nace a partir de un convenio entre el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género -Sernameg- y el Servicio de Salud O´Higgins, que comenzó a funcionar hace 8 años en el Hospital de Rengo, atendiendo un promedio de 258 mujeres anualmente en materia de Violencia Intrafamiliar, provenientes de las comunas de Rengo, San Vicente y Malloa, aunque también han llegado mujeres de las comunas de Quinta de Tilcoco, Requínoa y de las comunas de Pichidegua, Peumo y Las Cabras, las que el Centro atiende en la comuna de San Vicente.
La atención que se otorga es integral -indicó Gisella Plaza, coordinadora del centro- e incorpora las perspectivas jurídicas, sociales y sicológicas "Hay que entender que el daño que produce la Violencia Intrafamiliar y en particular en el contexto de pareja, que es la que nosotros atendemos, es muy profundo y aunque muchas mujeres llegan buscando la atención del centro por el aspecto legal, hay que tener claro que no basta con la pena que pueda dictaminar el tribunal, que si bien es importante porque genera en la mujer una sensación de justicia por el delito cometido con ella y le entrega resguardo y protección, no aminora las penas que se van forjando a nivel emocional".
Es por ello que el proceso integral de recuperación va, entre 6 y 8 meses aproximadamente: "Va a depender de la adherencia y motivación que cada una tenga con terminar este proceso", explica la coordinadora. El Equipo es integrado por una abogada, sicóloga, asistentes Sociales, técnico Social y Secretaria: "Donde se busca disminuir el nivel de violencia con que ingresaron y otorgar la atención señalada a través de sus tres componentes".
-¿Qué es más dañina la violencia física o sicológica?
-La sicológica efectivamente es más dañina. Si nos ponemos a pensar cuando se presenta violencia sicológica no siempre hay física, pero cuando hay violencia física siempre hay sicológica y cuando hay violencia sexual o económica siempre hay violencia sicológica que es la que más marca y daña la vida de la mujer.
El lenguaje construye realidades y una mujer que esta por años escuchando el mismo discurso de violencia, de denostación, de descalificación hacia su persona se va aislando cada vez más de su entorno, de su red social de apoyo y pasa a concebir lo que se le dice como una realidad y lo que eso ocasiona es que esa mujer tenga esa realidad tan arraigada que muchas veces llega al Centro pidiendo ayuda para cambiar ella y nos dice que su relación está mal porque dice "cómo yo hago estas cosas, él se pone violento", su mente dio vuelta las cosas, tiene transferida la culpa y la responsabilidad, se creen ellas culpables de que la otra persona sea violenta.
Como centro no solo trabajamos en la atención directa de la mujer, tenemos una línea de trabajo comunitario en las distintas comunas, para desnaturalizar la violencia, trabajando con dirigentes vecinales y comunitarios; participamos en las Mesas de Seguridad Ciudadana de Rengo y Malloa, donde la violencia está, entre las principales problemáticas que se van a trabajar; trabajamos Carabineros de Chile, Gendarmería, ferias ciudadanas, actividades culturales, Dirigentes sociales y comunitarios. La idea es que por diversos lados y articulaciones podamos ir generando acciones que promuevan la desnaturalización y la prevención de la violencia./