"La estrategia productiva tiene que ser muy realista y debe considerar las condiciones y limitantes del suelo y el clima, y las condiciones de sus productores", explica Juan Pablo Subercaseaux, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica y coordinador del proyecto.
Un embalse de 237 millones de metros cúbicos está cambiando la cara de ciertas comunas del secano costero de la Región de O'Higgins. Donde sólo había espinos, cactus y rebaños de ovejas, hoy empezamos a ver inéditas plantaciones de frutilla, arándanos y cerezos, entre otros frutales. Esta reconversión está ocurriendo gracias a la entrada en operaciones del embalse Convento Viejo, ubicado a 83 kilómetros al sur de Rancagua y a 12 de Chimbarongo.
Crear las condiciones para concretar ese cambio en las comunas de Marchigüe, Pumanque y Lolol, es el objetivo del proyecto FIC "Transferencia reconversión del secano con riego tecnificado", financiado por el Gobierno Regional de O'Higgins y ejecutado por la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El proyecto hizo un diagnóstico de las condiciones agroclimáticas, de suelo y riego de la zona, así como del perfil de sus productores. Tras ello, elaboró una estrategia para implementar la reconversión productiva de las zonas implicadas. "La estrategia se basa en el realismo y en considerar las condiciones y limitantes de los productores en temas como la disponibilidad de agua, de mano de obra, el tipo de suelo y en base a eso escoger los cultivos que sean más rentables", explica Juan Pablo Subercaseaux, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica y coordinador de la iniciativa.
En una segunda etapa, se prevé generar centros tecnológicos municipales, en los que se capacitará a los usuarios en las últimas tecnologías de riego: sondas para medir la humedad, uso de ERNC, riego tecnificado de alta eficiencia, entre otros. Estos centros operarán como parcelas demostrativas, dos de las cuales están a punto de ser plantadas.
En la fase siguiente el proyectó entregará asesoría productiva para las especies seleccionadas por su rentabilidad y bajo riesgo, en coordinación con el trabajo municipal y las organizaciones de usuarios. Además, se capacitará a los productores en la postulación a fondos de riego de distintas instituciones.
Medio siglo de espera
Aunque su construcción data de 1972, el embalse Convento Viejo enfrentó diversas vicisitudes y no fue sino hasta 2008 que inició su operación, bajo el modelo de concesión, y recién el año 2018 llega a Lolol y Pumanque. Al año 2021 sigue pendiente la llegada del agua a Marchigüe, por problemas de canalización de las aguas.
"El agua es un recurso muy escaso en los predios de las comunas del secano costero como Lolol, Marchigüe y Pumanque, las que básicamente se alimentan de las lluvias. La agricultura en esas comunas es más de subsistencia que comercial. Desde el Gobierno Regional estamos muy comprometidos para que los pequeños agricultores puedan tener acceso al agua, mejoren su producción y puedan subsistir en medio de esta grave crisis hídrica", comenta el Gobernador Regional, Pablo Silva Amaya.
Esa escasez hace que el 70% de su superficie la ocupe la ganadería bovina, ovina y caprina, pero son mayoritariamente productores pequeños. En el caso de los bovinos, el 50% de los productores tiene 50 o menos animales y en los ovinos, el 81% sólo reúne el 20% de la masa ganadera. También, hay plantaciones de Eucalyptus globulus y Pinus radiata, explotaciones que fueron muy afectadas por los incendios forestales de 2017. Otra veta productiva es la vitivinicultura, pero con menor superficie.
Si bien con la llegada del riego se ha visto una expansión agrícola en las citadas comunas, con la aparición de viñas, arándanos, frutillas, tomates y otros cultivos industriales o de mayor valor, ese crecimiento ha sido dispar entre la pequeña y la gran agricultura.
"Muchos agricultores abandonan sus campos o simplemente dividen sus jornadas, con el objetivo de trabajar en otras empresas de la zona, pues no es posible mantener la agricultura como única actividad de subsistencia económica. Por la misma razón, también se ha frenado el desarrollo de emprendimientos en la zona", es una de las opiniones recogidas en la "Encuesta UC productores y agentes públicos del secano de 2020".
"Pese a ello, el 71% de los productores dice que no ha considerado irse de sus terrenos; algunos por apego, otros por la tradición familiar y otros tantos porque los precios a los que pueden arrendar sus tierras son muy bajos, mientras no tengan agua de riego", indica la citada encuesta.
Esa situación, sin embargo, cambió con la entrada en operaciones de Convento Viejo. "Tener agua valorizó esos activos. Una hectárea en el secano costero hace 10 años se transaba en $600.000 y ahora tiene valores superiores a $10.000.000. Esa valorización de los activos es una excelente noticia, pero para que los pequeños productores la puedan utilizar, sin vender la tierra, deben ser apoyados técnica y financieramente", explica Subercaseaux.
"El gran desafío es cómo traducir el acceso al agua de riego en una mejor calidad de vida para los pequeños agricultores y nuevas oportunidades para sus hijos, disminuyendo la fuerte migración de los jóvenes a otras comunas. Y la clave es producir cultivos rentables, que puedan pagar los altos costos del agua, además de los normales costos productivos, dejando utilidades para los agricultores".
Subercaseaux se refiere al inédito modelo de venta de agua con que opera el embalse. "Normalmente en Chile adquieres derechos o te los asignan, por lo que puedes tener derechos de cierta cantidad de litros por segundo de un canal o de un pozo y se cobra por la mantención, pero no por el consumo de agua. En el modelo de Convento Viejo, el agua se vende por metro cúbico (El año 2021 se transa en $53/m3), lo que implica un costo anual de entre $350.000 a $500.000, según el consumo estimado de agua del cultivo. Esto exige una reconversión productiva muy estudiada", explica.
Puntos críticos
Para lograr una reconversión exitosa, el académico de la PUC plantea que hay que abordar cuatro áreas críticas.
Un primer punto es precisamente el tema del agua. "La venta requiere adaptar la institucionalidad, ya que la Comisión Nacional de Riego exige que los postulantes a subsidios de la ley sean dueños del agua, y bajo el esquema de Convento Viejo los productores serán compradores". Esto se subsana con contrato de compras por 10 años, pero queda la incertidumbre del precio futuro del agua, tema que, aún, NO se sabe cómo se reajustará a través del tiempo.
Otro tema clave es el acceso a nuevas tecnologías. "Para ello estamos estableciendo tres parcelas demostrativas donde cultivaremos los frutales y/o hortalizas más rentables, las que servirán como referente para que los pequeños productores aprendan sobre estos cultivos, porque para alguien dedicado toda su vida a las ovejas, no es fácil dedicarse a los frutales", explica.
Un tercer punto crítico, tanto para los medianos y los pequeños productores, es el acceso a la inversión. "En el caso de los medianos es más complejo, porque, a diferencia de los pequeños, no tienen acceso a líneas de apoyo como los Prodesal o al Indap, y hay que tener en cuenta que la producción de frutales tiene tres a cuatro años sin ingresos", señala. "Una opción para ellos es que, dado que sus terrenos se valorizaron mucho con el riego, arrienden una parte y produzcan en la otra con los ingresos que ese arriendo les genera", explica el agrónomo.
Otro tema relevante, y en el que no siempre se repara, es el envejecimiento de los productores de la zona y la escasez de mano de obra. "Según las proyecciones realizadas en estas comunas, el año 2023, más del 50% de sus habitantes tendrá más de 50 años. La razón es muy simple, los jóvenes han migrado a otras comunas en busca de mejores oportunidades".
"Este es un tema crucial, ya que los frutales que son una opción rentable como los arándanos y los cerezos, son intensivos en mano de obra. Ahí hay un gran desafío", agrega Subercaseaux.