No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices (R.L. Stevenson)
Lo bueno, sencillo o profundo que tienen las oraciones, es que se pueden manifestar sencillamente desde la palabra, escapando de los profundos principios filosóficos, políticos, religiosos o de particulares aspectos costumbristas.
La rogativa contiene el deseo que se espera se manifieste, y que ojalá sea compartido por la mayoría, atendiendo principalmente al bien común. Por tanto, es posible pedir y está permitido hacerlo. Entonces lo haré:
…Pido al cielo, al universo, al señor o en quien yo crea; que todos los chilenos nos sintamos más chilenos, más comprensivos y más amigos.
…Pido que todos los chilenos no nos tropecemos ni nos ofendamos porque algunos seamos hinchas de la Unión, la Cato, la Chile, el Colo, el Libertad, Cobreloa u otro equipo.
…Pido que, por sencillo principio humano de entendimiento, seamos respetuosos y no ofendamos al Presidente Boric solo porque pertenecemos a un partido político distinto. Todo Presidente hace sus propios esfuerzos y tiene sus noblezas.
…Pido que la sabiduría y la reflexión me haga entender que por ser únicos e irrepetibles no podemos pensar todos de igual manera, de ahí el respeto al otro debe ser requisito irrenunciable.
…Pido esfuerzos por entender que las doctrinas sociales, todas manifiestan intencionalidad positiva para el vivir del ser humano, por lo tanto, están demás los enfrentamientos ofensivos, maliciosos y anticulturales.
…Pido que las luchas sociales de los que tienen menos se entiendan que no son para ofender o enfrentarse en luchas con los que tienen más, sino que es el impulso de justicia lo que les mueve principalmente.
…Pido que los que tienen de sobra, levanten la vista por cinco segundos, para entender que hay muchos que no tienen para sobrevivir, y que son hermanos nuestros, aunque no tengan el mismo apellido.
…Pido a las izquierdas, a las derechas y a los centros, que “tienen razón, pero no toda la razón”, por lo cual el diálogo es indispensable y la flexibilidad una condición necesaria en conveniencia y justicia, por tanto, deben practicarla.
…Pido a los representantes políticos, que no olviden que la lealtad mayor no está con quienes le otorgaron el cupo para la elección, sino principalmente con quienes le dieron su voto.
…Pido a los columnistas, que más allá de sus posiciones políticas y preferencias por sistemas económicos, profundicen más en la “objetividad de sus temáticas” que marcar la tendencia política a la que son afines.
…Pido con fuerzas y mucha fe, que nazcan o aparezcan más Carlos Peñas para Chile, más quienes se nutran de sus columnas, y desaparezcan las torcidas noticias falsas.
…Pido que los próximos viejitos pascueros, traigan más libros, más conversas de los niños con los papás, con sus profesores, con sus amigos, que con la Tablet y sus juegos de videos.
…Pido para que la televisión chilena reemplace un poco siquiera las informaciones catastróficas repetidas hasta el cansancio, como muertes, robos, encerronas, chismes; por informar sobre nuevos sistemas de ayudas para la gente, proyectos de adelantos sociales, nuevas obras, cultura, etc.
…Pido al universo, al cielo, al señor o en quien yo crea, caminar en busca de ser más “ser” que buscar siempre el más “tener”.
… Pido simplemente se entienda lo que pido, por todos, por todas, un pequeño esfuerzo por recordar que somos hermanos, que somos amigos, que somos familias, que habitamos un pueblo, que formamos un estado, que vivimos en una comuna y en “comunidad”. Que vivimos y queremos vivir. Que el fin del hombre “es la felicidad”. Si no se cree en ello, es simplemente porque no le hemos dado unos minutos para refrendar o negar esa aseveración.
Suele ocurrir que todos vamos tras el éxito “el cual consiste en obtener lo que se desea”, pero vamos también tras la felicidad que, a decir de Emerson, “sería disfrutar lo que se obtiene”. Más abrazos, más saludos, más esperanzas.
Germán Muñoz Castillo
Profesor
