La Antártida y la órbita geoestacionaria

Columnas y Artículos

Trasfondo y extrapolación de la incapacidad de los países hispanoamericanos en el ejercicio de su soberanía en dos casos emblemáticos.

Año 21 Siglo XXI: Los poderosos ya tienen la bola de cristal y en ella hurgan en tu pasado, observan tu presente y diseñan tu futuro. La Inteligencia Artificial ya no es ciencia ficción y el filósofo hebreo Yuval Noah Harari (45 años) advierte el advenimiento de una nueva forma de colonialismo para los seres humanos. China y USA son las superpotencias digitales del mundo y están enfrentadas en una carrera digital armamentista. Quien logre el control de los flujos de datos globales gobernará el mundo.  

La esperanza de Harari es la entrada en escena de la UE, como ente de equilibrio entre ambas superpotencias. Pero la esperanza del pensador Harari no es la esperanza nuestra. Europa tiene una larga tradición de colonialismo a su haber. El Tratado Antártico (TA 1959) y el Tratado sobre los Principios Jurídicos que han de regir la exploración y la utilización del Espacio Ultraterrestre (1967), la denominada Constitución Espacial, nos retrotraen a una época en que Europa tenía su bota puesta en toda África. En lo que concierne al TA, de los doce países signatarios del año 1959, cuatro son europeos (Reino Unido, Francia, Noruega y Bélgica) y todos desconocen los derechos de Chile (y de Argentina también) en el continente helado. ¿Es creíble que la culta Europa nada sepa de los versos de Ercilla (1533-1594) "Chile fértil provincia y señalada en la región Antártica y famosa..."?. En tanto, China y USA son los países que marcan mayor presencia en este lugar.

La Órbita Geoestacionaria (GEO) es una órbita circular de 263.957 km de longitud a una altitud de 35.786 km. En la GEO un satélite gira alrededor de la tierra con el mismo periodo de rotación de ésta sobre su eje. Es un recurso estratégico muy valioso (y limitado), en especial para las telecomunicaciones. Subyacen a ella 10 países, entre ellos Colombia y Ecuador. Colombia ha liderado a los países ecuatoriales en la lucha por sus derechos, pero ha chocado con una planificación impuesta por las grandes potencias y con la propia desidia de los países interesados. A 54 años del tratado, Colombia y Ecuador aún carecen de capacidad de lanzamiento propias y el recurso sigue a merced de las grandes potencias (más del 90% de las estaciones satelitales son de países desarrollados y en su mayoría aplicaciones de inteligencia militar).

Estos tratados realmente deben ser considerados entelequias jurídicas (ilusiones en el papel), puesto que los recursos (o el recurso, en el especial caso de la GEO) son explotados por los países desarrollados, ya que sólo ellos poseen el conocimiento, la tecnología y el capital para hacerlo. En todo caso, estos acuerdos internacionales han salvaguardado la paz mundial y eso no hay que desconocerlo.

Pero ya no se trata de ser capaz de sólo de defender nuestra soberanía territorial: el avance de las neurotecnologías permitirá muy pronto la lectura de nuestros cerebros. Cuesta creerlo, pero podremos ser hackeados y dejaremos de ser soberanos de nuestras mentes. Es por esto que los países hispanoamericanos están llamados a ser los artífices de su propia esperanza. Quizás ya no tengamos tiempo para revertir el sentido de los flujos de datos en un intento de aproximarnos a un justo equilibrio.

Hace 50 años CORFO, en el gobierno de Salvador Allende, desarrolló SYNCO, Sistema de Información y Control, cuya arquitectura estuvo a cargo del científico británico Stafford Beer, rompiendo Chile el eterno paradigma de nunca ser los primeros. Esta visionaria red de comunicaciones entre gobierno y empresas fue la primera de su tipo en el mundo y fue probado exitosamente para octubre de 1972, en que 200 camiones leales al gobierno abastecieron la capital, pese a que 50 mil camioneros habían paralizado sus labores ("Comunicación es Control" señaló Beer en ese momento histórico). Visto como un sistema de control social, fue desmantelado con posterioridad al 11 de septiembre de 1973. La destrucción de SYNCO en la Historia de Chile tiene su equivalente en la destrucción de la Biblioteca de Alejandría en la Historia Universal.

Sin embargo, no es necesario retroceder medio siglo para dar con iniciativas pioneras a nivel mundial en Chile. Hoy nuestro país es el más avanzado del mundo en Neuroderechos, gracias al trabajo del Senador Guido Girardi y del destacado Neurobiólogo español Rafael Yuste, en conjunto con las universidades chilenas. Yuste es Director del Proyecto BRAIN, la gran apuesta científica de Obama, iniciativa que tiene por objetivo descifrar el cableado del cerebro humano.

Estas experiencias pioneras en Chile, en otros ámbitos, se repiten en el resto de los países hispanoamericanos. Cuba en Biotecnología, Argentina en Energía Nuclear y en Ciencias Espaciales, de ejemplificante forma, nos han abierto tres portales hacia una auténtica libertad. Debemos asumir el extraño privilegio de ser portadores de los últimos latidos de inteligencia humana pura, entender que el fundamento de nuestra inteligencia ya no será únicamente biología cerebral y que empezaremos a dejar de ser humanos con el implícito peligro, nunca antes visto, para los más débiles.

El escritor norteamericano Nathaniel Hawthorne (1804-1864) publicó en 1843 La Marca de Nacimiento, el relato de un científico obsesionado, Aylmer, por eliminar un pequeño lunar carmesí en la mejilla de su bella e inocente esposa Georgiana, al que considera un defecto. Aylmer no se detiene sino hasta que, con su ciencia, consigue eliminarlo. El precio será la vida de Georgiana. Este breve relato puede interpretarse como la alegoría de nuestro devenir. La belleza y riquezas de nuestra América morena han sido siempre el delirio de los poderosos de turno. Pronto, en sus ojos, el defecto a eliminar, su ciencia mediante, seremos nosotros. No será gratis para la Humanidad: no más un Rulfo, no más un Cortázar, no más la magia de un García Márquez, ni un Neruda más, ni un Nervo más. Ha llegado la hora de luchar, unidos y en todos los frentes de conocimiento. Se repite el asedio de Tenochtitlán.

Texto: Darwin Vega V. Ing. Civil Electr. / UCH
Ilustración: Diego Jove B. Ing. Civil / UCM
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