Por: Bárbara Perry, Seremi de Justicia y DDHH.
Tercer femicidio en nuestra Región y número 34 a nivel nacional, estadísticas preocupantes y desafiantes. A partir de estos trágicos hechos urge un análisis de las responsabilidades que a cada una de las Instituciones del Estado le corresponden y también, la responsabilidad que como sociedad tenemos en su conjunto; para determinar que estamos haciendo bien y que estamos haciendo mal frente a este flagelo.
Si bien, el victimario se encontraba con medidas cautelares de prohibición de acercamiento, firma quincenal y arresto domiciliario nocturno, estas medidas no fueron suficientes para evitar el desenlace fatal. Según lo manifestado por el hermano de la víctima". "En un comienzo había visitas de Carabineros, pero fueron desapareciendo luego empezaron a llamar, hasta que no llamaron, no se siguió el proceso... "Aquí, tenemos la primera alarma, a Carabineros se le debe asignar dotación y financiamiento para contar con personal especializado para este tipo de casos, personal que entienda la urgencia de respuesta ante cualquier llamado, por el inminente peligro a que está expuesta la víctima, ya que la circunstancia que el victimario sienta que la víctima está protegida a cada momento, hace que no tenga confianza para acercarse a Ella.
Por otra parte, si algún integrante de la familia fue objeto de agresión por parte del victimario, según da cuenta su hermano, estas denuncias deben tramitarse hasta el final, para que la Justicia actúe en plenitud.
A nivel de Gobierno se está estudiando extender las medidas de implantación de tobilleras como Medidas cautelares, lo que podría inhibir cualquier acercamiento del victimario a la víctima al saberse observado y controlado permanentemente.
Por otra parte es necesario definir el papel de la Sociedad; vecinos, Municipalidades, que en conjunto con Carabineros y Fiscalía puedan establecer una red de protección, con un actuar coordinado que pueda prevenir estos trágicos sucesos. Así como existen botones de pánico contra robos en barrios de algunas comunas, debiera existir con mayor razón un sistema de alerta para los posibles femicidios.
Y finalmente, debemos abordar con seriedad y decisión el tema cultural; entregando educación a nivel de niños, adolescentes y adultos en cada rincón de nuestro Chile, sobre el respeto y la individualidad a que tiene derecho la mujer por su dignidad humana. Para erradicar de una vez por todas, esa absurda creencia que tiene algunos hombres que son Ellos ciudadanos de primera categoría y la mujer es de su propiedad, subordinada a lo que Ellos decidan que puede y no puede hacer, decir o pensar.
Estas debieran ser a mi juicio nuestras prioridades, porque en Chile no podemos permitir que este flagelo del femicidio enlute nuevamente a familias de tranquilas comunidades como es nuestra comuna de Coltauco./