Por: Viviana Gómez
Estudiante de Psicopedagogía
IP Santo Tomás, sede Rancagua
Desde el amanecer de la autenticidad,
arde la cordillera
nacen destellos de palabras audaces
y van danzando con el sol.
En aquel jardín interno
donde desvanece el alma
yacía una verdad, una búsqueda
donde crecen las raíces
donde caen las hojas secas
donde habitan matices.
Enraizando sentimientos en mi macetero llamado corazón
la razón de mi sentir,
juega a la escondidas
entre mares de verdades
entre nobles flores
entre eternos amores.
Recordemos que somos tierra
con el pulso inundado de atardeceres
con el despiste de ser mortales
de emociones volátiles.
Te he soñado tantas veces
y te encuentro, querido amor,
arropado en musgo
cubierto de maleza
es la certeza, el preciso instante
tú, querida verdad
ambas, son la esencia del ser, del sentir y vivir.
Si tan sólo manifestáramos
el amor a la verdad
podríamos susurrar desde lo invisible
con el corazón abierto,
tu divina claridad.