Columna de opinión de Andrés Jorquera Cifuentes
Soy una sanfernandino que se ha caracterizado por trabajar siempre codo a codo con dirigentes, con la comunidad y en terreno. Y es ahí precisamente donde he realizado importantes levantamientos de información y jamás he negado, la evidente necesidad de los comerciantes ambulantes de ser ubicados en un lugar permanente, con sus respectivos espacios y sobre todo, con la seguridad que merecen sus fuentes laborales.
Aquí no se trata de criticar el fin, sino que evidenciar que una buena intención, se convirtió en un daño administrativo importante a la norma legal de municipio de San Fernando.
Específicamente, me refiero al pronunciamiento de Contraloría General de la República, que data del 27 de febrero de este año y que saca a la luz, eventuales irregularidades en el proceso de adquisición del terreno destinado para el “Paseo Peatonal Las Camelias”, ubicado en calle Manuel Rodríguez y que tendría como fin, reubicar al comercio ambulante que hoy trabaja en las veredas del centro de San Fernando.
¿Mi crítica se dirige a la idea de reordenar el comercio en San Fernando? NO.
Sino que, mi legitimo cuestionamiento como sanfernandino, es que, desde el municipio, no se pueden cumplir compromisos y realizar un ordenamiento -que es válido y necesario- del centro de la ciudad, si procesos de compra no se ajustan al derecho administrativo por el se rigen las municipalidades.
La Contraloría -ente fiscalizador de las instituciones públicas- se pronunció al respecto, haciendo una clara interpretación de que el proceso estuvo mal realizado desde un principio, al realizar la compra del terreno por 18.878 UF (696 millones de pesos aproximadamente), sin haber pasado por licitación pública, luego privada (como lo instruye la ley de compras públicas), sino que establecer de inmediato un trato directo, lo que desde un principio y con la aprobación unánime del Concejo Municipal, vulneró la legalidad del proceso administrativo.
La pregunta que nace al respecto es ¿Por qué? O ¿para qué?
Insisto, que lo cuestionable no es la idea de crear el paseo peatonal, sino que lo que se enjuicia públicamente, es saltarse los conductos regulares de una compra que involucró una gran suma de dinero proveniente de las arcas municipales, sin siquiera haber estado planificado correctamente a través del presupuesto anual, que se determina todos los años de acuerdo a las necesidades de inversión de un municipio, debiendo ajustarse a las prioridades de cada área de gestión, aportando al desarrollo integral del territorio, tras un levantamiento de información de cada unidad municipal, acorde a las necesidades más urgentes de la comunidad, realizando una planificación seria y profesional .
Cuestionable es también, que nunca se ha evidenciado una cifra clara de cuántos son los comerciantes SANFERNANDINOS que necesitan ser reubicados, porque es sabido que hay mucho ambulante que viene desde otras comunas, que no están al día con el pago de sus permisos y que una cifra que partió siendo pequeña, aumentó a mas de 100 puestos que se instalan en todo el centro de la comuna.
Paralelo a aquello, es que, teniendo una oficina de Fomento productivo con varios profesionales, aún no se haga nada por apoyar al emprendedor de nuestra comuna y que es parte del comercio ambulante. Insto a la autoridad, a que dé la instrucción para capacitar y orientar a los vecinos y vecinas que quieren formalizar su actividad comercial y que con ello, se les entregue la oportunidad de surgir y crecer. Esta es una de las misiones fundamentales de un municipio: entregar herramientas.
Más delicado es aún, que los concejales hayan aprobado esto de manera unánime. Lo anterior, esperando que la administración les haya entregado TODOS LOS ANTECEDENTES, que les permitiera tomar y fundar esta decisión.
Este es un proceso que se hizo mal de principio a fin, ninguna arista del proceso de compra fue regular. Las fechas no calzan. Cuando se comienza a vislumbrar este proyecto, el terreno no estaba siquiera disponible, sino que estaba arrendado y por todos los medios posibles, se difundía la creación de este paseo peatonal con bombos y platillos.
San Fernando aún intenta sanar de una profunda herida generada tras el caso de corrupción que ha salido a la luz durante los últimos años, nuestra gente intenta volver a confiar en las personas que están ejerciendo el liderazgo, sobre todo, en las capacidades profesionales de un numeroso equipo municipal. Entonces, este tipo de acciones, constituyen una vulneración a la probidad del principio administrativo, dañando el desarrollo que la comuna tanto necesita y espera.
Yo insto a las autoridades en ejercicio, a -quizás- demorarse un poco más en cada avance que pretenden concretar, pero haciendo los procedimientos como corresponde. La ciudadanía está cansada de estos pronunciamientos de la entidad fiscalizadora, que solo muestran cierta desidia y falta de conocimiento en lo que se está haciendo. El fin no justifica los medios, por muy loable que sea la intención alcaldicia.