Por aquellos caminos rurales, al igual que luciérnagas, se prenden luces tenues, que advierten casas acogedoras; familias unidas en torno a un líder abuelo o padre; pero que detrás está siempre una madre. Y siempre en los momentos difíciles apareces tú Carmen, que es el nombre de mi madre. Unos dicen: estoy junto a mi Dios y ellos sienten consuelo con el poder de la Fe; pero nunca lo han visto; pero en cambio tú madre como no conocerte, si me siento unido a ti, saltando como un zorzal, apretujando tú cuerpo, al momento que ingresabas por el portal de la casa, y me abrazabas amorosamente y feliz de tenerme en tus fuertes brazos.
Tendría a lo menos 6 años y aún me acuerdo…; en efecto, que decir, cuando aquella vez subí a una micro y mostré mi pase escolar a una hora en que los niños habían ya entrado al colegio, y el chofer me recrimino duramente. Aquel hombre no sabía que mi madre subía conmigo. ¿Que se había imaginado ¿que acaso el niño andaba solo … ¿es así como Ud. trata a su familia… ¿le agradaría que a su hijo si es que lo tiene, lo trataran de esa forma… si tiene problemas personales no se desquite con un ser indefenso; ¿o acaso el carnet escolar tiene una hora de vigencia? Su retórica remeció al chofer, quien comprendió que estaba ante una gran dama. “Perdone mi señora “solo atinó a decir. Y enseguida mi madre le quitó de su mano mis monedas de escolar, diciéndole ¡No se las merece ¡Que carácter, que fortaleza, como una leona africana del valle de Serengueti, defendiendo su cría ante un rival más poderoso! Y con el poder de su convicción y de su palabra dominó a su favor una situación embarazosa; aún cuando yo me sentía avergonzado por la albaraguìa que se formó en la micro; aquella gente la aplaudió…y el chofer continuó con su trayecto normal, avergonzado.
Personalmente, fui regalón por excelencia; pero buen alumno; me autoinvitaba en sus salidas a terreno, como Asistente Social, en poblaciones periféricas, donde atendía a las familias del personal militar, muchas veces de nivel poblacional restringido; y ahí ella colaborando; solucionando muchos problemas. De ahí tomé una conciencia social que de otra forma no habría aprendido; lejos de la TV, la cual llegó al país, recién con el mundial del 62 y noticias radiales donde el fútbol y los radioteatros imperaban. Además, vivíamos en un barrio de clase media de gente tranquila y sencilla. Cuando salíamos a veranear en una sencilla pero acogedora casita en el balneario de Llolleo, le encantaba salir en horas del atardecer y mirar su entorno, con mucho detalle: la gente; sus casas de veraneo; el cuidado de sus jardines, todo adornado con hermosos comentarios. Mi padre a su haber con un matrimonio muy unido, nos dejó terrenalmente cuando tenía 14 años, siendo yo, el menor de 4 hermanos. Emilio el mayor, aun cursaba secundaria; pero ella solita, nos dio la oportunidad de continuar los estudios superiores, a costa de grandes sacrificios. Emilio es actualmente Magister en educación…Pepe es ingeniero comercial… Carlos, es Dr. en Física Teórica, y yo médico. ¡Gracias madre por tu eterno sacrificio y que nos honra profundamente.
Ahora, bajo la música de fondo del gran músico Ennio Morricone de la película “Mussolini: el último Acto”; me invade una profunda tristeza y lloro en silencio rememorando aquellas caricias, de aquellas memorables manos que tú. mi anciana y joven madre, me prodigabas con tanto amor; solidarizando y mitigando mi rebelde temperamento depresivo…
UNA INTERVENCION DIVINA DE MI MADRE (OCTUBRE 2008)
Me he accidentado: un choque frontal con otro vehículo en carretera abierta. Resultado: un TEC cerrado, con pérdida de conocimiento; Fracturas múltiples costales. Fractura de muñeca. Creo sin duda que, por mí, intercediste por mi vida al Altìsimo. Bien sabes que sufriste la pérdida de mi padre, siendo aún tan joven y quedaste huérfana de aquel gran hombre. El se fue de este mundo, a los 56 años…¡ Pero curiosamente, coincidía a la misma edad mía… ¿Irías a permitir repetir una situación semejante con los míos…? y especialmente cortar de raíz , un futuro familiar…muy incierto en una mujer viuda relativamente joven ; pero inexperta frente a un shock abrupto de la pérdida de una vida de un padre con 4 hijos…Con esa fuerza tan característica tuya , te veo luchando por mi; suplicando que el plazo fatal aún no me correspondía. En esa media hora en que perdí el conocimiento, y teóricamente en un vehículo donde el motor se incendiaba; volví a la vida…Desde lo alto cumpliste con tu deber de madre favoreciéndome y desconociendo totalmente mis pecados, siempre perdonados por ti, mitigados por el amor que me profesas. La virgen María de la cual eras devota, debe haberse sonrojado frente a tus súplicas de este pecador. Pero tú Fe fue más fuerte y salvaste mi vida…
