Por: Yovanna Alegría Velásquez
Docente de las carreras del área Educación
CFT Santo Tomás Rancagua
Cuando se menciona el enfoque Montessori o de su educación Montessoriana, generalmente se piensa en niños que hacen lo que quieren, que manipulan materiales bellos, naturales, de madera… sin embargo, Montessori es más que eso: es una filosofía de vida, cómo nos vinculamos con los otros, con nosotros mismos y con nuestro entorno. Nos habla que se educa para la vida, no para un instante o sólo para obtener resultados memorísticos y cognitivos.
Uno de los principales objetivos de María Montessori era confiar en el niño/a para ayudar a desarrollar al máximo su potencial de independencia y autonomía; autoeducación para sentir la satisfacción del aprender, cultivando el deseo natural por aprender y descubrir. Se evidencia en la frase “ayúdame a hacerlo solito”, haciéndose responsables, capaces de actuar y de tomar decisiones conscientes de sus procesos, donde el error es parte del aprendizaje.
Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo y el aprendizaje de cualquier ser humano. La motivación interna, el ser protagonista de su propio aprendizaje, explorando y descubriendo, les será útil para toda su vida y en todas las actividades que realice. Generalmente los adultos prestan ayudas por miedo a que se equivoquen o por que no confiamos en sus resultados, entorpeciendo su creatividad, resolución de conflictos o que piensen por sí mismos, opacando su autoestima e independencia.
Cuando un niño/a o un educando te pida ayuda, antes de actuar, observa, analiza, realízale preguntas, desafíalo y dale la confianza de que él puede; despeja lo que realmente le impide hacerlo por sí mismo. Muchas veces, con sólo un empujoncito son capaces de realizar la tarea o desafío de forma autónoma.
Si esto lo llevamos a la sala de clases, el docente deja de ser llamado maestro para convertirse en un “guía” donde deja atrás su función de protagonista y transmisor del conocimiento, pasando a ser la persona encargada de acompañar y guiar el proceso y desarrollo del estudiante, generando un ambiente de aprendizaje enriquecedor. Brindando a los educandos herramientas como responsabilidad, independencia, auto disciplina, automotivación, y trabajo en confianza, llegarán a ser seres autocríticos y reflexivos.
Yovanna Alegría Velásquez es educadora de párvulos, Licenciada en Ciencias de la Educación y guía especialista en Montessori. Este año 2023, el “Tema Sello” para inspirar las actividades en las instituciones Santo Tomás es la Excelencia y el Esfuerzo, reflejado en María Montessori.