En búsqueda de una educación emocional y amorosa

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Constantemente decimos que los niños son el futuro del mundo y que de ellos de alguna u otra forma dependerá la humanidad. Este pensamiento implica (según mi mirada) que de alguna u otra manera nos estamos desligando como adultos de la responsabilidad de este futuro.

Pienso que el mundo que tendremos en el futuro, es el que le estamos entregando y dando como ejemplo hoy a nuestros hijos /as, ya que Ellos copiarán los modelos culturales y de comportamiento de nosotros, como ha ocurrido por miles y miles de años.

Por otra parte, se sabe que toda decisión intelectual, primero pasa por una emoción, esto nos hace tomar decisiones; buenas, malas… eso dependerá de que tan consciente seamos de estas emociones que afloran a diario y que supeditan esta toma de decisiones, Ejm. sí tomo una decisión en medio de la rabia, será diferente que si la tomo en medio de la calma.

¿Pero qué ocurre si el modelo educativo que nos heredan nuestros padres e instituciones educacionales(generalmente) se desligan, o simplemente no son conscientes de enseñar y transmitir este factor emocional y amoroso que predispondrá nuestra vida como alumnos/as y como adultos?

Por lo mismo, sugiero una educación que vaya en búsqueda de dos cosas; la primera es desarrollar el autoconocimiento en los profesores, alumnos y apoderados, para poder detectar estas emociones y con ello tomar buenas decisiones intelectuales (que se toman preferentemente en un estado de calma), y la segunda búsqueda, que es pilar de la anterior, es crecer en conciencia para darnos cuenta que con amor y las buenas relaciones humanas, mejorará la calidad educativa de cualquier institución.

Ya no solo se trata de que existan colegios que tenga excelentes o buenas infraestructuras y tecnologías. Será principalmente por las buenas relaciones entre los seres humanos que comparten ese espacio por años, lo que marcará a los niños/as y jóvenes para siempre.

El amor y el manejo de las emociones será al mismo tiempo el motor a la apertura de la propia conciencia de lo que nos rodea, de las relaciones humanas, del amor al autoconocimiento que nos conduce a la sabiduría, el amor y respeto por la madre tierra, del amor a Dios o al universo, o en quien Ud. quiera creer. Este amor que todos sabemos e intuimos que existe, pero que no es traducible ni está supeditado a un idioma.

 Hay que potenciar esta visión en post de la educación que queremos darles a nuestros hijos/as, para hacer de este mundo algo mucho mejor de lo que ya les estamos ofreciendo.

Estoy seguro que las clases impartidas no pueden ser solo clases teórico-practicas o de transmisión de conocimientos (que los podemos encontrar en internet), sino de saberes transmitidos con afecto por otro ser humano.

Generalmente cuando tenemos que rememorar el colegio, ¿de qué nos acordamos?, ¿de alguna materia en específico o de como el profesor le agregaba sentimiento y pasión a su clase? Ese o esa profesora que hizo despertar en ti la curiosidad de saber más y más, ¡a ese profesor/a recuerdas!, a ese que te hizo emocionar de alguna u otra forma. Estos te marcaron como persona en ciertos aspectos más allá si te fue bien o más o menos en su ramo. Nos acordamos del profesor/a por su pasión en lo que decía y trasmitía, Ejm. Quizás por lo bromista o por la dulzura que tenia para enseñar, o porque en más de alguna ocasión se puso un pequeño disfraz para representar mejor lo que quería explicar, o quizás imitó y cambió el tono de su voz para poder darse a entender de mejor forma, o simplemente se emocionó apasionadamente con lo que estaba enseñando y todos en ese instante lo notamos.

En resumen, fue la parte afectiva más que el intelectual lo que más nos quedó grabado del maestro/a que teníamos al frente.

Por lo mismo, las emociones, son las canalizadoras de ese amor a la sabiduría, del amor a la vida y su infinita escuela de la que hay que aprender todos los días.

Entonces, si volvemos a centrarnos en el futuro del mundo, preocupémonos de como nosotros los adultos y profesores le estamos mostrando a los niños y jóvenes como es la vida y de qué forma hay que vivirla.

La propuesta es concientizar que, si educamos de manera amorosa, nuestro mensaje quedará para siempre grabado en la vida del otro. Por lo mismo y finalmente ¡Cuidemos nuestra salud mental y espiritual, seamos más amorosos en todo ámbito, especialmente en el educativo!

¿Quiere seguir en un mundo competitivo o más amoroso? Ud. sigue siendo libre de decidir, ya que de eso depende en gran medida el mundo del presente y del futuro.

Freddy Farias Madriaza.

Profesor Ed. Musical

Máster en Musicoterapia,

Director de Educación

www.redsiliencia.org

­+569 62 56 6307

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