Los contadores, con sus capacidades, impulsan el desarrollo de negocios y emprendimientos. Es así como quienes siguen esta profesión tienen sólidos conocimientos y con ganas abrazan las metas y desafíos que el ecosistema comercial exige.
Desde los tiempos en que egresé de esta profesión, han ocurrido cambios exponenciales en el ejercicio de teneduría de libros. Manuales en libros de contabilidad de 32 columnas han dado paso a sistemas y plataformas que agilizan la gestión operativa, mejorando la respuesta y prontitud para los clientes –que demandan y utilizan para su propia toma de decisiones la información producida– y resultan de procesos que a ojos desconocidos están en otro idioma, con conceptos como impuesto, debe y haber o cuentas de resultado, por mencionar algunos.
El actual devenir de los nuevos estilos de administración y los cambios societales han presionado a los contadores a mutar en profesionales cada vez más polifuncionales y despiertos a los cambios, con lo cual han salido de las sombras para transformarse en asesores directos y piezas claves en las empresas que demandan sus servicios, respuesta y experiencia. Esto ha quedado de manifiesto en la continuidad operativa de los negocios durante los meses de pandemia, sin que ello representara un detrimento a la calidad y oportunidad de la información que fue necesaria para la operación renta y acciones posteriores en ámbito de los impuestos y de los demás entes de fiscalización superior.
Ahora, en la contingencia actual de la reforma tributaria que se discute aceleradamente, los colegios de profesionales se han erigido como parte de las mesas de discusión, círculos de contadores que exponen profesional y abiertamente sus opiniones técnicas con respecto a la aplicación de normas. Los desafíos están hechos para personas capacitadas y dispuestas a abrazar los cambios, es quizás la reflexión que persistentemente agita mis emociones y mis conocimientos. La Reforma Tributaria implicará una serie de cambios que deberán ser adoptados por los contadores en ejercicio, y reentrados en aquellos que deban aplicar las modificaciones en emprendedores y empresariado.
Lo anterior supone que la Reforma Tributaria elevará el rol del contador a un catalizador de la especialidad y se encumbrará en la búsqueda de la Gestión Estratégica Empresarial. Los contadores deberán agregar a sus labores conceptos como análisis y manejos de información, que serán demandados por clientes más exigentes y medios de fiscalización cada vez más avanzados, en cuanto al uso de tecnologías y la compresión del medio económico y digital.
La profesión de contador, como todas las del área administrativa, descansa en que su ejecución y puesta a punto están centradas en la persona, en el profesional. La templanza con que han sido formados redundará finalmente en su aptitud y capacidad y permitirá abordar los grandes desafíos que nuestros tiempos exigirán a cada uno de los que hemos abrazado esta profesión de contador.
Por Claudio E. Castillo Rojas
Contador Auditor
Docente del Área Administración
IP-CFT Santo Tomás, sede Rancagua