Nuevamente en la Cámara de Senadores se ha generado la discusión respecto al establecimiento del Matrimonio Igualitario en nuestro país, situación que en la actualidad ha intentado solucionarse respecto de las personas no-heterosexuales a través de un reconocimiento semejante, mas no igual, del Acuerdo de Unión Civil.
El gran argumento de las partes contrarias al reconocimiento jurídico-legal del matrimonio no-heterosexual es el peligro de la desnaturalización del contrato y sus fines, especialmente en lo que respecta a la procreación. Frente a esta discusión, creo importante analizar lo siguiente:
Hace años que el denominado ius connubii ha sido reconocido como un derecho intangible e inalienable que emana de la dignidad humana, de hecho, algunos afirman que se trataría de un derecho fundamental de todos los seres humanos, no obstante, agregan que para que sea efectivo deben cumplirse aquellos fines y principios naturales que corresponden a la naturaleza de la institución. Entonces, al hablar de matrimonio igualitario se utiliza mucho el concepto de desnaturalización del mismo, y me pregunto, ¿y si el fin último es, justamente, humanizarlo?
Históricamente, se nos han presentado ideales de matrimonios que, según modernos estudios psicológicos, sociológicos y antropológicos, notamos que no se corresponden con una relación sana, más bien se habrían tratado de situaciones que podrían calificarse como platónicas, forzosas, machistas, incluso poco realistas. Desde las funciones culturalmente impuestas a los géneros femenino y masculino hasta ideas sobre mantener una imagen de relación estable frente a la sociedad, quizás estamos hoy más cerca de regular el matrimonio como una institución para establecer una vida en común basada en el amor sincero y humano, ya lejos de uniones acordadas por privilegios e intereses familiares o económicos.
Así, en reconocimiento a la igualdad intrínseca de las personas y de la naturaleza humana que desea unirse a otros en cuerpo y alma -lo que merece ser protegido y reconocido en igualdad de condiciones por la ley- es que creo firmemente que hoy estamos experimentando un proceso de humanización de nuestra institución matrimonial en Chile. Y no sólo se necesita en la lucha del movimiento LGBTI+, es una necesidad de todo el país como un paso más cerca de los principios de la humanidad y del amor.
Ignacia Vergara Caroca
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