Se empieza a observar con mayor cercanía el término de la política del adulamiento…

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Últimos resultados electorales nos hacen recordar algunas de las sabias expresiones de Diógenes, filósofo griego de la antigüedad.

Una cosa es bastante cierta. Los analistas y cientistas políticos han estado bastante errados en sus pronósticos respecto a resultados electorales en los últimos tiempos. Primero respecto a los resultados de la Elección de Constituyentes, y recientemente sobre las Primarias Presidenciales de los bloques Chile Vamos y el Frente Amplio, donde la mayoría apuntaba a los candidatos Lavín y Jadue como los ganadores indiscutidos.

¿Pero dónde encaja Diógenes en este análisis?

El filósofo Aristipo vio a Diógenes cenando lentejas, y le dijo: “Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas”; a lo que Diógenes respondió: “Si tú hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey”.
Tengo la impresión que el resultado electoral al que se alude es un síntoma notorio de que la “política del adulamiento permanente está en retirada”, y que los pilares que se vislumbran tienden a una solidez más cercana, más humana, más real, más sincera; donde las respuestas a las necesidades que aprietan el estómago y el diario vivir de las personas, estén llegando más rápido; y por el contrario, el adulamiento al alcalde, al diputado, al senador, o a otra autoridad de turno para conseguir un mejor bienestar, o una mejor oportunidad para mejorar la vida, van encontrando el inicio del camino para que cada vez tenga menos injerencia, y que sean las políticas públicas impulsadas las que den las soluciones a las necesidades básicas y permanentes de las personas.

Las expresiones posteriores a la elección primaria entre los bloques en comento, auguran acciones y sentimientos que encierran más valores humanizantes. Se ha oído decir: La sencillez por sobre la soberbia, lo relativo por sobre lo absoluto, distribuir el poder más que retenerlo; salud democrática y otras. En buena hora. De lo contrario de que vale tener limones se no sabemos hacer limonada.

Creo firmemente en la esperanza. De lo contrario vuelvo a Diógenes; “cuando caminaba por Atenas en pleno día llevando una lámpara encendida”, cuando se le preguntó por qué hacía esto, contestaba: Busco un hombre honesto sobre la faz de la tierra”.

Germán Muñoz Castillo
Profesor

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