...El hombre no nace ni bueno ni malo... Nace amoroso...
Esta frase fue la que siempre se quedó en mi cabeza "cuando tuve mi primera clase con el gran maestro Humberto Maturana". Se nos va un cerebro mayor de nuestro país. Y hasta en el momento en que se va pareciera ser un ejemplo; cuando mi pueblo se polariza al máximo, un proceso electoral donde sale lo peor del ser humano hacia los otros humanos.
...Muy grande Maturana para ser como él; en lo personal me adentré más en su área filosófica, donde mostró el camino siempre profundo, pero con simplicidad para entenderlo, y finalmente invitarnos a un aterrizaje suave y comprensivo abrazando el sentimiento más grande que puede unir a la humanidad, el amor.
...Con su cabellera movida por el viento de la sabiduría y la esperanza, se despide dejándonos un legado que podemos hojear en su extensa obra (La Revolución reflexiva, El árbol del vivir, El árbol del conocimiento, La objetividad, El sentido de lo humano); y otras tantas.
...Poco antes de partir, precisamente el 29 de marzo, profundizaba en el concepto de democracia "un modo de convivir en la honestidad y el mutuo respeto", y que por el contrario lo que quiebra este proyecto es "la deshonestidad, el no escucharnos, el creer ser poseedor de la verdad desde un apego a sentir y hacer fundamentalista o ideológico. En el convivir democrático no hay gobierno y oposición, hay gobierno y colaboración".
...Es hora de hojear un poco solamente un libro de Maturana. Maestro, gracias por todo lo que me disté; perdón por lo que no pude asimilar de tu profunda enseñanza. Desde allá haz más profundo tu mensaje a los más irracionales y descansa en paz, lo tienes más que merecido.
Germán Muñoz Castillo
Profesor