No hay duda de que estamos siendo protagonistas de un momento histórico. Con la llegada del Covid-19 se han generado cambios y adaptaciones en distintas áreas de la vida, creando nuevos hábitos de consumo, trabajo, educación y hasta nuevas formas de socializar.
El funcionamiento de esta “nueva realidad”, en cuanto al futuro del trabajo remoto, la educación a distancia, el comercio on line, la telemedicina y hasta las relaciones interpersonales, dependerán en un alto porcentaje del acceso a internet, bien sea a través de fibra óptica (el común en muchos hogares chilenos) o por medio de la cobertura actual del 4G de telefonía móvil, o a futuro de la implementación del 5G.
En ese sentido, el acceso a una buena conexión de internet de alta velocidad nunca había sido tan valorado, ni tan demandado como lo es ahora y en el futuro cercano, abriendo la discusión legislativa de si incluso debe ser catalogado como derecho constitucional en nuestro país.
Es importante entender cómo se posiciona Chile en este aspecto frente al resto de los países. Según el último informe How is life in digital age? evaluado por la OCDE, nuestro país ha mejorado considerablemente en la última década, con un acceso a internet en el hogar de un 87,5% (2017), cifra que lo posiciona incluso por encima de la media de los países miembros y como líder de la región frente a países como Brasil, Colombia y México. Igualmente, a nivel de rendimiento según el último Global Index (abril 2020) de la web Speedtest, Chile se ubica en el puesto 30 a nivel de conexión fija dentro de más de 150 países analizados, mientras que, a nivel de conexón móvil, nos encontramos en el puesto 103 de más de 130 países.
La misma página especializada, reconoce en otro estudio que hemos tenido una mejoría como país aumentando la velocidad de la fibra óptica en un 10%, lo cual nos indica que aún nos falta para desarrollar una interconexión realmente potente. El Covid-19 ha generado efectos significativos en el aumento del tráfico de internet en el país. Plataformas como las de video streaming y gaming on-line, producto de las cuarentenas, han generado una demanda especial en las redes.
El tráfico del internet de Chile ha crecido, y dada la contingencia, las cifras se han duplicado en el último tiempo. Junto con esto, hemos visto un aumento del peak de tráfico, alargando la conectividad que se daba entre 12:00 y 18:00 horas, hasta las 23:00, implicando lo anterior, un aumento de la jornada laboral o un uso personal luego del trabajo.
A poco más de los 100 días de la llegada de la pandemia a Chile, entre los aprendizajes para repensar el Internet del futuro se deben tomar en cuenta algunos puntos importantes. El “ahora digital” plantea el reto de una mayor distribución de los servicios, la optimización de los tiempos de respuesta y el aseguramiento de la carga completa disponiendo servidores cada vez más cerca del usuario, en lugares bien conectados, hecho que genera mayores necesidades de infraestructura digital. También, las redes deben proporcionar seguridad independientemente de la ubicación y el dispositivo. Junto con esto, no solo el ancho de banda es importante, ahora más que nunca es valiosa la latencia que se otorga, el auge del Edge Computing, la automatización y aplicaciones en tiempo real, exigen latencias incluso de micro segundos, por lo que serán temas de conversación recurrentes en la industria en muy corto tiempo.
Carlos Ignacio Giraldo
Country Manager en InterNexa Chile