Un estudio publicado hace pocos días por un conjunto de instituciones académicas titulado "La mirada de los docentes" arroja importantes reflexiones respecto de la situación del sistema educativo y la tarea de los docentes en el contexto de la actual crisis sanitaria.
Habría que advertir que, como el mismo estudio señala, es descriptor de la realidad de las primeras semanas, por lo que es esperable que algunas de las dificultades señaladas hayan tenido progresos en los días siguientes. También que la muestra del estudio tiene algunos sesgos respecto del sistema educativo chileno que pueden distorsionar significativamente algunas conclusiones. Por ejemplo, está muy sobrerrepresentada la educación rural (17% en el estudio, 7% en el país) y muy subrepresentados los estudiantes de enseñanza media (17% en el estudio, 28% en el país).
Aún con estas aprehensiones, los datos son importantes y reveladores. Resulta abrumador que en un país que ha invertido miles de millones de pesos durante casi 30 años en tecnologías educativas, la crisis haya revelado porcentajes importantes de docentes y estudiantes que no tienen acceso a conectividad o dispositivos. Como he señalado en anteriores columnas, esto debió ser la prioridad uno de la política pública al comienzo de la crisis. Las escuelas cuentan con equipos suficientes para prestar a los estudiantes mientras dura el confinamiento. La optimización del uso actual del espectro 4G y el advenimiento de la tecnología 5G (que ha demorado su implementación por varios meses) ayudarían a aumentar las posibilidades de conectividad, particularmente de estudiantes y docentes.
También es revelador el bajo uso de las plataformas del MINEDUC, y de otras plataformas y recursos digitales. Resulta evidente que ha faltado claridad y orientación para que las escuelas puedan avanzar en esta línea. Mientras en el hemisferio norte las escuelas fueron notificadas hace más de dos meses que el primer semestre del año se completaría con clases remotas, y en muchos países, estados y distritos ya se les ha comunicado que el segundo semestre también se completará con esa modalidad, en Chile seguimos con comunicaciones oficiales poco claras, que suponen que "en cualquier momento" podríamos volver a las clases presenciales.
Cualquiera que siga la evolución internacional de la pandemia sabe que eso no es posible, por lo que haría bien el Ministerio en señalar con claridad un horizonte de mediano plazo. Sin mínimas certezas (incluyendo la disponibilidad del financiamiento de la subvención escolar) es poco probable que las escuelas puedan tomar decisiones de mediano plazo y ajustar sus prácticas.
Por último, es preocupante la percepción de los docentes respecto de las competencias digitales propias y de los estudiantes para enfrentar el momento. La ausencia de oferta de apoyo específico y concreto a los docentes para este tránsito es una necesidad urgente de salvaguardar y corregir.
La crisis sanitaria nos acompañará todavía por varios meses. Las escuelas y los docentes necesitan claridad y certezas (en medio de un contexto incierto y cambiante) y apoyos concretos para asegurar experiencias de aprendizaje significativas para todos los estudiantes.-
Por Eugenio Severin
Director ejecutivo Tu Clase, Tu País.
Consultor internacional en educación