Poder constituido y poder constituyente

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Desde la firma del acuerdo del 15 de noviembre, se instala un debate que ha ido decantando, sobre si la convención constitucional es o no es una asamblea constituyente.

A este debate nos podemos acercar desde la teoría política, paro también de la experiencia histórica. El poder instituido, el conjunto de órganos, normas y estructura del poder institucional, siempre están dialogando o en tensión con el poder constituyente: la sociedad civil, sus organizaciones sociales y sus expresiones movilizadas. Lo nuevo y lo viejo se enfrentan.

"La experiencia histórica muestra que el poder constituyente aparece casi siempre durante profundas crisis sociales y políticas. En ellas se produce un enfrentamiento, entre el poder constituyente y el poder constituido, o sea, entre el pueblo que quiere ejercer soberanía, y las instituciones que la ejercen en los hechos por mandato constitucional (el Ejecutivo, el Congreso, etcétera). "(Matías Meza, El Mostrador)

El 18 de octubre se inicia en el país un ciclo de movilizaciones prácticamente sin precedentes históricos. Tanto por la masividad de la protesta, como por los repertorios de acción utilizados -marcados por la duración del conflicto, el Estallido Social ha terminado por trastocar todo el panorama político del país y también ha re significado la cultura de masas oficial: lo que ayer era aceptable hoy no. Este fenómeno lo visualizamos en el humor en los diferentes festivales del verano, el de viña incluido, dónde lo que antes era aceptable: el recurso del chiste machista, homofóbico o la burla del defecto, hoy el público no lo acepta. El sentido común está cambiando.

El coronavirus nos agrega otro factor a esta crisis política y cultural. Cabe señalar, que utilizó el concepto crisis en la acepción que Antonio Gramsci la usaba: aquel momento en que "Lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer".

No solo nos ha cambiado hasta la forma de saludar, también ha puesto en el debate el cuestionamiento del modelo en su forma cultural, aquella que nos instaba al individualismo, a no preocuparse de la salud de calidad para todes, sino que tú hijo tenga éxito y usted esté mejor que su vecino. El discurso del mérito, la idea que el mercado es el mejor para resolver todo, incluso la salud. Un virus ha puesto de manifiesto la importancia de lo comunitario, de la solidaridad, de tener un estado solidario y responsable del bienestar social; ha instalado con fuerza la pertinencia que empresas de servicios básicos, que hoy son privados, vuelvan a ser de todos y todas.

Esta pandemia ha agregado nueva agenda al proceso constituyente, que es también un proceso destituyente, que vuelve a distribuir el poder y agrega también, la dimensión humana, del significado profundo de las relaciones entre las personas y el tipo de sociedad que vamos a construir.

Los procesos constituyentes, desde la experiencia histórica, siempre están asociados a periodos de crisis y buscan resolver los problemas que se expresan en ellas. Como lo hemos dicho en columnas anteriores, una constitución es el pacto social, la forma que entendemos una sociedad en un periodo histórico determinado.

El calendario electoral, producto de la pandemia, se modificará y el plebiscito será el 25 de octubre.

El proceso constituyente sigue su marcha, con puntos suspensivos por la pandemia, pero no final.

De hecho, esta crisis sanitaria, que nos ha cambiado nuestra forma de vida, limitado nuestras acciones, pero también nos lleva a reflexionar no solo sobre la fragilidad de la vida, sino la importancia de contar con un sistema de protección social que efectivamente nos proteja y no estemos a merced del mercado.-

Alejandro Herrera

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