Fernando Atria, en su libro la constitución tramposa, propone que el lenguaje a usar en la discusión sobre una nueva Constitución debe ser un lenguaje político, esto es, un lenguaje de la ciudadanía y no el de los profesores de derecho constitucional. Su justificación es que el derecho despolitiza las discusiones políticas. (Atria, 2013)
La constitución es el pacto fundamental de una sociedad. El modo que una sociedad define las normas fundamentales que van a determinar las formas de relacionarse. Es, o debiera ser, un pacto, entre iguales. Esto nunca ha ocurrido en la historia constitucional de Chile. Todas nuestras constituciones, desde los tiempos de los reglamentos constitucionales, han sido escritas por pequeños grupos definidos por las elites gobernantes en ese momento: La constitución de Portales del 33 fue escrita por los vencedores de la guerra civil y la de Alessandri en 1925, que se había iniciado con algo similar a un proceso constituyente en 1919, finalmente, asonada militar mediante, terminó siendo redactada por una comisión designada. La de 1980 por la comisión Ortuzar, cuya figura central fue Jaime Guzmán, fue designada por la junta militar.
Toda constitución tiene dos partes, una orgánica, que es como se distribuye y organiza el poder. Aquí se definen las instituciones que componen el estado, como se organiza el territorio y las distintas ramas del gobierno y cuanto poder estamos dispuestos a ceder a la ciudadanía.
Por ejemplo, en una nueva constitución, se podría incluir iniciativas populares de ley, es decir, que la ciudadanía con determinada cantidad de firmas pueda presentar proyectos o poder revocatorio de mandatos de elección popular, me explico: Si existe una mala evaluación del personero electo, sospecha de corrupción, la ciudadanía podrá, con un mínimo de firmas, se convoque a plebiscito revocatorio. Desde un concejal hasta el presidente de la república. Esta parte orgánica, el constitucionalista argentino Roberto Gargarella denomina "la sala de máquinas".
La otra parte de una constitución es la dogmática, donde registramos los derechos básicos de la ciudadanía, aquellos que nos corresponden a todos y todas y que pueden ser exigibles (siempre que estén expresadas como derechos y no solo como libertades como en nuestra actuar constitución) como pensiones, educación, salud, bienes comunes. Por ejemplo, en esta parte determinamos si el agua es un bien de derecho público o privado, una mercancía transable en el mercado, como en Chile.
Estas partes, dependiendo de la tradición política o ideología se organizan de distinto modo. La constitución actual de Chile es de inspiración neo liberal, que tiene como premisa al mercado como instrumento más eficiente para resolver el bienestar social, la privatización de los servicios básicos y asigna al estado un rol subsidiario, esto es, limita al estado como regulador y facilitador de la iniciativa privada, incluso en áreas del sistema de seguridad social como pensiones. Dicho de otro modo, solo donde el privado no puede o no quiere intervenir, lo puede hacer el estado.
Un modelo diferente es el estado de bienestar, de tradición social demócrata, que tiene como pilar un estado responsable de garantizar el sistema de seguridad social. (pensiones, salud, educación) En este modelo la carga tributaria (impuestos) es más alta, pero más equitativa y otorga mayores beneficios sociales. Los países nórdicos como Noruega, Suecia, Finlandia, que están entre los de menor desigualdad y mayor estándar de vida en el mundo, tienen este modelo en sus constituciones.
Cómo verá, el proceso constituyente es el momento que dialogamos sobre el tipo de sociedad que queremos; es un tema que todas y todos podemos participar. No es un debate de juristas o académicos solamente, sino un proceso profundamente participativo, político, de interés por lo público y que estamos convocados a participar e incidir.
Este 26 de abril usted tendrá la opción de aprobar el redactar una nueva constitución que expresé un nuevo pacto social o rechazar y seguir con el modelo de sociedad actual./
ALEJANDRO HERRERA
