Director y Fundador del Hospital San Juan de Dios de San Fernando (1807 - 1864)
"Nació en Supplingen, Alemania. A los 27 años llegó a Chile, casado, y en el acto entró al servicio de la Nación como médico cirujano de la Marina y marchó con la expedición Libertadora del Perú contra el Protectorado del General Andrés Santa Cruz. Hizo toda una gloriosa campaña en medio del Ejército Chileno, sirviendo con acierto y constancia admirable en los respectivos hospitales ambulantes y cuarteles.
En la Sierra del Perú, a más de los riesgos de la guerra, fué afectado por la peste viruela, estando en un terreno despoblado, montañoso y sin recursos. Otras veces, la sed y el hambre pusieron en peligro su vida al igual como muchas veces sucedió a beneméritos servidores.
Terminada la guerra con la Batalla de Yungay, regresó a Chile con el Ejército, y continuó sus servicios en la Armada Nacional. En Enero de 1843, San Fernando no tenía Médico y sobrevino la epidemia de la escarlata que se llevó mucha gente. El entonces Intendente de Colchagua, don Ramón Luis Irarrázabal, ordenó a Valparaíso para que Markmann se trasladara a servir a San Fernando. Con su llegada y sus buenos conocimientos, puede decirse que ningún enfermo pereció.
Pasada la epidemia, el Gobierno exigió que Markmann volviera a Valparaíso, pero el Intendente José María Vergara, que había reconocido su mérito y utilidad, sumado al interés que tomaron los vecinos para conservar en su seno a un médico tan puntual como equitativo para asistirlos en sus dolencias y el cariño que él mismo había tomado a la población, decidieron su permanencia en San Fernando.
Trajo su familia a San Fernando y tuvo la desgracia de perder a su primera esposa que le dejó dos hijos. Luego contrajo nupcias con Carolina Haacke, de quién dejó varios hijos.
Después de un viaje a California y apenas recién llegado en 1851, fue indispensable exigirle sus servicios para el Ejército que en esa época hizo la campaña del sur, para lo cual accedió con su habitual voluntad. Pasado algún tiempo volvió al servicio de la marina nacional y no siéndole suficiente el sueldo para llevar a su familia a Valparaíso, tuvo que retornar a San Fernando para continuar atendiendo su hospital en cuya ocupación, y tal vez por ello, le sorprendió la muerte a los 58 años. Se asegura que se contagió con la fiebre tifoidea, en la asistencia que prestaba a los enfermos de dicho hospital, cuyo establecimiento sufrió una irreparable pérdida de su más constante, desprendido y caritativo servidor.
Sus relevantes virtudes quedaron comprobadas en una larga carrera de servicios. No dejó bienes, porque fué en extremo desinteresado y su pasión fué servir a la humanidad sin mayor compensativo.
A sus exequias efectuadas el viernes 8 de noviembre de 1864, concurrió gran parte de la ciudad, encabezada por el Intendente de Colchagua, Alberto Blest Gana. El cortejo partió desde la casa del Asesor Jurídico de la Intendencia, Ramón Salas, quién fué sepultado en la misma oportunidad.
Por Ramón Riquelme Romero